El mundo se encuentra en un punto de inflexión crucial en su historia, ya que las negociaciones sobre el clima en la COP29 han llegado a un punto crítico. Lo que está en juego es inmenso, las expectativas son altas y, sin embargo, el progreso tarda en materializarse. Los países reunidos en esta cumbre de la ONU no lograron avanzar en sus principales objetivos, lo que generó una presión adicional sobre ellos mismos.
Desde el inicio de la COP29, la cuestión de la financiación climática ha estado en el centro de los debates. Los países ricos se ven obligados a pagar fondos a los países en desarrollo para cubrir los daños causados por fenómenos climáticos extremos y ayudarlos a adaptarse a un planeta en calentamiento.
Los expertos estiman que esta contribución financiera debería ser de al menos 1 billón de dólares, pero los borradores de texto que surgieron después de casi dos semanas de discusiones han dejado perplejos a los países en desarrollo al dejar el compromiso financiero prácticamente en blanco.
Mientras los negociadores, observadores y representantes de la sociedad civil esperaban la publicación de un nuevo borrador el viernes, muchos expresaron frustración y decepción con el progreso de las conversaciones.
“Un mal acuerdo es mejor que ningún acuerdo”, dijo Harjeet Singh, del grupo de defensa del clima Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Singh señaló que el principal escollo es la renuencia de los países ricos a especificar cuánto están dispuestos a pagar para ayudar a los países en desarrollo a hacer la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía limpias, adaptarse a la sequía, las tormentas y el calor extremo, así como compensar Pérdidas y daños causados por el cambio climático.
Expertos independientes estiman que la cantidad necesaria es de 1 billón de dólares al año.
«Las cosas están completamente bloqueadas», añadió. «Estas son negociaciones de mala fe por parte de los países desarrollados».
Bryton Codd, miembro del equipo negociador de Belice, expresó un sentimiento de frustración compartido por muchos participantes en las conversaciones sobre el clima.
«Sólo estoy esperando a ver si este objetivo de financiación climática realmente se cumple», afirmó.
Las conversaciones a menudo se prolongan mientras los países más ricos se ven presionados a pagar por las repercusiones debidas en gran medida a sus emisiones derivadas de siglos de quema de combustibles fósiles.
Esta avalancha de negociaciones tardías también añade presión sobre Azerbaiyán, la nación rica en petróleo que preside la COP de este año.
En un comunicado de prensa publicado el jueves por la tarde, la Presidencia adoptó un tono optimista, afirmando que los contornos de un paquete financiero «comienzan a tomar forma» y prometiendo nuevos textos provisionales el viernes..
«La COP29 llama a todas las partes a comprometerse de manera urgente y constructiva para lograr el resultado ambicioso que todos necesitamos», dice el comunicado.
En un mundo donde la emergencia climática se ha convertido en un verdadero desafío para toda la humanidad, es imperativo que los países reunidos en la COP29 logren superar sus diferencias, demostrar solidaridad y responsabilidad colectiva frente a los temas cruciales que tenemos ante nosotros.
Ya es hora de actuar, tomar decisiones valientes e implementar políticas ambiciosas para proteger nuestro planeta y garantizar un futuro mejor para las generaciones futuras. Porque el tiempo se acaba y la emergencia climática no nos deja otra opción.