En la República Democrática del Congo, la región de Ituri es escenario de una triste realidad: la discriminación contra los niños que viven con discapacidad. Lamentablemente, los resultados son alarmantes: cientos de estos niños son víctimas de burlas, exclusión e insultos por parte de sus compañeros en la escuela. Esta situación inaceptable fue destacada por el comité del parlamento infantil provincial, que ha recibido numerosas quejas desde principios de año.
La Federación Provincial de Personas con Discapacidad denunció estos actos, calificándolos de graves violaciones a los derechos fundamentales de estos niños. Vanessa Kabasinguzi, una joven discapacitada de 17 años, habló de su dolorosa experiencia en la escuela. Se siente marginada por su deformidad física y es testigo del trato injusto que recibe por parte de sus compañeros.
Los niños con discapacidad sufren discriminación por su apariencia física, forma corporal o estatus social. Este fenómeno es profundamente preocupante y debe combatirse. El presidente provincial de la Federación de Personas con Discapacidad advierte sobre las consecuencias de la discriminación para estos niños vulnerables. Pide a las autoridades y a la sociedad en su conjunto que pongan fin a esta injusticia y creen conciencia sobre la necesidad de respetar los derechos de todos los niños.
El nuevo comité provincial del parlamento infantil de Ituri lanza un llamamiento urgente a la comunidad para promover el respeto de los derechos de los niños, cualquiera que sea su discapacidad. Es imperativo crear un entorno inclusivo y afectuoso donde todos los niños, independientemente de su condición, puedan prosperar y aprender con dignidad.
Ya es hora de que la sociedad tome conciencia de estas injusticias y adopte medidas concretas para poner fin a la discriminación contra los niños con discapacidad. Todo niño tiene derecho a la educación, al respeto y a la igualdad de oportunidades. Es nuestro deber como sociedad proteger y apoyar a estos niños vulnerables, brindarles un futuro mejor y promover una cultura de tolerancia e inclusión. El cambio comienza con la educación y la concientización, y es imperativo que cada uno de nosotros se comprometa a hacer de la escuela un lugar seguro y respetuoso para todos los niños, sin excepción.