La seguridad sigue siendo una cuestión crucial en la región del grupo Banande-Kainama, situada en el territorio de Beni, en Kivu del Norte. Ante los recientes ataques mortales perpetrados por los rebeldes de las ADF, la sociedad civil se presenta como portavoz de las poblaciones locales y pide firmemente al gobierno que refuerce el personal militar de las fuerzas conjuntas FARDC-UPDF en el tramo de carretera Eringeti-Kainama.
Esta petición proviene de Jonas Zawadi Bin Kasumba, presidente de esta estructura ciudadana, que hace sonar la alarma ante una serie de incidentes que se han saldado con un trágico saldo de más de cinco pérdidas humanas y numerosos desaparecidos en tan solo una semana. . La población, presa del miedo y la incertidumbre, se encuentra en una posición vulnerable, condenada a esperar impotentemente a que convoyes seguros puedan continuar sus desplazamientos entre las provincias de Kivu del Norte e Ituri, a través de este tramo vital desde Eringeti hasta Kainama.
La precariedad de la situación actual, marcada por esperas interminables y riesgos permanentes, hace imperativo restablecer posiciones militares en esta ruta estratégica. De hecho, el flujo del tráfico y la seguridad de los usuarios se ven seriamente comprometidos, sumiendo a la región en un clima de formidable inseguridad.
Para Jonas Zawadi Bin Kasumba, el refuerzo del personal militar representa una medida esencial para asegurar la protección de las poblaciones locales y garantizar el buen funcionamiento de los intercambios socioeconómicos. En un contexto marcado por la inestabilidad y las amenazas terroristas, la presencia reforzada de las fuerzas armadas constituye un baluarte esencial para preservar la paz y la estabilidad en esta región estratégica de Kivu del Norte.
En resumen, el llamamiento lanzado por la sociedad civil del grupo Banande-Kainama pretende ser un grito de alarma, una invitación urgente dirigida a las autoridades competentes para que actúen sin demora reforzando las medidas de seguridad en el tramo Eringeti-Kainama. Más allá de la protección de las poblaciones y de los bienes, se trata de garantizar un futuro sereno y próspero para una región que busca la paz y el desarrollo.