Gestión de la emergencia: los parlamentarios ugandeses piden la reubicación de las víctimas de inundaciones y deslizamientos de tierra.


Es esencial mantenerse informado sobre los trágicos acontecimientos que suceden en todo el mundo y, lamentablemente, las recientes inundaciones y deslizamientos de tierra que azotaron el este de Uganda no son una excepción. De hecho, se están llevando a cabo operaciones de rescate en varios pueblos de la región después de que las casas quedaran sepultadas bajo los escombros.

Irene Muloni, actual miembro del Parlamento de Bulambuli y ex ministra de Energía, apeló recientemente a la reubicación de los residentes del distrito de Bulambuli. Destacó la necesidad de reubicar a los residentes de la región en riesgo, particularmente afectados por estos desastres naturales.

Las cifras anunciadas por las autoridades locales son alarmantes: 45 casas quedaron completamente sepultadas y el saldo humano arroja 15 muertos, entre ellos 7 niños, así como 113 personas desaparecidas. Las fuertes lluvias del miércoles por la noche provocaron deslizamientos de tierra en este distrito montañoso situado a unos 280 kilómetros de la capital, Kampala.

Es importante señalar que esta región no es ajena a las consecuencias devastadoras del mal tiempo, dado que ya el año anterior las lluvias torrenciales habían causado pérdidas de vidas. Ante esta situación crítica, la policía de Uganda está intensificando los esfuerzos de socorro, en colaboración con otras agencias de seguridad y la comunidad local. Sin embargo, estas operaciones se ven obstaculizadas por las condiciones intransitables de la carretera.

Lamentablemente, la situación empeoró aún más con el hundimiento de dos barcos de rescate el miércoles durante una misión de rescate en el río Nilo, donde había quedado sumergido el puente Pakwach. Estos acontecimientos subrayan la urgencia de actuar y aplicar soluciones duraderas para proteger a las poblaciones que se enfrentan a estos peligros naturales.

En conclusión, es imperativo que se adopten medidas concretas de prevención y socorro para evitar nuevas tragedias de este tipo. La seguridad y el bienestar de los ciudadanos deben ser lo primero, y las autoridades deben actuar rápidamente para proteger a las comunidades vulnerables de estos devastadores fenómenos naturales.

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