Fatshimetry: La deserción de los habitantes del grupo Muhola en el territorio de Lubero, en Kivu del Norte, suscita preocupación
Desde hace casi dos meses, los habitantes del grupo Muhola, situado en la jefatura de Baswagha, territorio de Lubero, viven entre el miedo y la incertidumbre. Las calles de las localidades de Mabambi y Kalondo están desiertas, las actividades paralizadas y las escuelas no han abierto sus puertas desde el inicio del año escolar. Esta situación es consecuencia de los enfrentamientos que estallaron entre grupos armados locales y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC).
Un profesor de la región, que pidió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad, da testimonio de la precaria situación en la que se encuentran los habitantes de Muhola: “Desde hace tres años, las milicias Mai-Mai han tomado el control de estos territorios, sin embargo, en octubre. El 29 de septiembre de 2024, los soldados de las FARDC intervinieron para desalojarlos; temiendo por su seguridad, los residentes huyeron, dejando atrás pueblos fantasmas.
En el tramo que une Mabambi con Kalondo, todos los pueblos están vacíos, no se realizan actividades y las escuelas e iglesias están cerradas. Esta situación preocupa profundamente a los residentes, en particular a los profesores, que lamentan la falta total de educación de los niños desde el inicio de estos disturbios.
Ante esta creciente crisis humanitaria, los habitantes de Muhola piden a las autoridades que intervengan rápidamente para restablecer la paz y la seguridad en la región. Los docentes lanzan un grito de angustia y enfatizan la urgencia de permitir la reapertura de las escuelas para garantizar la educación de las generaciones más jóvenes.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas concretas para asegurar la región y poner fin a los enfrentamientos armados que tanto sufrimiento están causando a los residentes de Muhola. El futuro de estas comunidades depende de la paz y la estabilidad, y es responsabilidad de las autoridades garantizar que se respeten estos derechos fundamentales.
En conclusión, la situación en el grupo Muhola es alarmante y se deben tomar medidas urgentes para poner fin a esta crisis humanitaria. Los residentes merecen vivir en paz, poder seguir con su vida diaria y ofrecer un futuro mejor a sus hijos. Es hora de que la comunidad internacional tome conciencia de esta situación y brinde apoyo a las poblaciones afectadas en el territorio de Lubero, Kivu del Norte.