Los secretos del abogado del diablo en la beatificación


Fatshimetrie, 23 de octubre de 2024. La Iglesia católica romana, guardiana de la fe y de las tradiciones centenarias, es escenario de debates y controversias en torno al proceso de beatificación y canonización de personajes ilustres de la historia. En su seno despierta interés una práctica singular: la del «abogado del diablo», figura encargada de resaltar los aspectos negativos u objeciones al reconocimiento de un individuo como beato o santo.

El papel del «abogado del diablo» es crucial en el proceso de beatificación y canonización, brindando la oportunidad de expresar opiniones divergentes y plantear puntos críticos. Al resaltar aspectos controvertidos o posibles defectos en la vida del candidato a la santidad, este abogado ayuda a profundizar las investigaciones y garantizar un examen equilibrado e imparcial.

En el reciente caso del ex rey belga Balduino I, se alzaron voces para cuestionar su beatificación por su presunta implicación en el asesinato del primer ministro congoleño Patrice Emery Lumumba. El cardenal Fridolin Ambongo expresó legítimas reservas sobre la prisa por canonizar a este monarca, subrayando la importancia de realizar investigaciones en profundidad para esclarecer todos los aspectos de su historia.

La beatificación y la canonización no deben ser procesos puramente glorificantes, sino pasos rigurosos y objetivos encaminados a reconocer la auténtica santidad y la virtud ejemplar de las personas. El abogado del diablo encarna esta exigencia de vigilancia y prudencia, recordándonos que la santidad no está exenta de interrogantes y paradojas.

En definitiva, la Iglesia católica, al abrir el camino a la contradicción y a la crítica, afirma su deseo de promover un proceso de beatificación y canonización basado en la verdad y la justicia. El debate en torno a la beatificación de Balduino I revela la complejidad y profundidad de estos procedimientos, invitando a todos a reflexionar sobre la naturaleza de la santidad y las cuestiones éticas que de ella surgen.

En un mundo en busca de referentes espirituales y morales, la exigencia de transparencia e integridad en los procesos de reconocimiento de los santos parece ser una cuestión esencial para preservar la credibilidad y relevancia de la Iglesia católica en la sociedad contemporánea.

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