**Fatshimetria**
Desde 2022, los lugares de desplazamiento en el territorio de Djugu, en Ituri, son escenario de una violencia inaceptable. Más de 120 desplazados perdieron la vida durante ataques perpetrados por grupos armados. Esta trágica situación llamó la atención del público durante una reciente capacitación sobre mecanismos de alerta temprana y la preservación del carácter civil de los sitios de desplazados internos en Bule.
Los representantes de los desplazados expresaron su profunda preocupación por la interferencia de las fuerzas armadas de seguridad en los lugares que albergan a civiles inocentes. Estas personas desplazadas, ya debilitadas por los acontecimientos que las obligaron a huir de sus hogares, se encuentran expuestas a nuevos peligros, a menudo debido a los actores que supuestamente deben protegerlas.
Es esencial que el gobierno y los actores humanitarios tomen medidas concretas para garantizar la seguridad y protección de los desplazados en Ituri. Preservar el carácter civil de los sitios es una prioridad absoluta. Las personas desplazadas deben poder vivir en un entorno seguro, sin temer por sus vidas en ningún momento.
La formación sobre los mecanismos de alerta temprana y el carácter civil de los sitios reunió a 40 participantes, entre ellos representantes de los sitios de Lala, Plaine de Savo, Lodinga y Tsukpa. Se les sensibilizó sobre la importancia de proteger a los civiles y se les capacitó en el uso de las herramientas implementadas por la MONUSCO y la protección civil.
Sin embargo, los desplazados han expresado preocupaciones legítimas sobre las demoras de las fuerzas de seguridad en responder a las alertas y las repetidas violaciones de sus derechos. Los ataques del grupo armado CODECO en 2022 causaron la muerte de al menos 125 personas en los sitios de Lala y Plaine Savo, poniendo de relieve la urgencia de actuar para poner fin a esta violencia.
Las recomendaciones de los desplazados son claras: el gobierno debe garantizar el respeto del carácter civil de los lugares y desarmar a los grupos armados que amenazan la seguridad de los civiles. La implementación del Plan de Desarme, Desmovilización y Comunidad y Reintegración Específica (P-DDRCS) en Ituri es esencial para restablecer la paz y la seguridad en la región.
Los desplazados también pidieron un fortalecimiento de las patrullas de mantenimiento de la paz de la MONUSCO para garantizar una protección eficaz de los civiles. Esta colaboración entre la MONUSCO, la protección civil y las ONG locales es crucial para satisfacer las necesidades de los desplazados y prevenir nuevas tragedias.
En última instancia, es imperativo que todas las partes interesadas trabajen juntas para poner fin a la violencia contra los desplazados en Ituri. La protección de los civiles y el respeto de su dignidad deben estar en el centro de las medidas adoptadas para garantizar un futuro seguro y estable para quienes ya han sufrido tanto.