Los desafíos de regular la gestación subrogada en Kenia: acalorado debate en el Parlamento


Fatshimétrie, revista en línea especializada en las cuestiones sociales y éticas del siglo XXI, está muy interesada en la actualidad en torno a la gestión para otros (GPA). En el corazón de África, más precisamente en Kenia, un acalorado debate agita al Parlamento sobre la regulación de esta controvertida práctica. El proyecto de ley sobre tecnologías de reproducción asistida está ahora paralizado, lo que pone de relieve profundas tensiones y diferencias entre los parlamentarios kenianos.

Desde hace varios años, Kenia intenta encontrar un marco legal para regular la gestación subrogada, sin éxito real. A pesar de intentos anteriores en 2019, el proyecto de ley sigue estancado, lo que pone de relieve las dificultades para legislar sobre una cuestión tan delicada. Apoyado por la diputada Millie Odhiambo, este texto pretende limitar el número de gestaciones subrogadas a tres por mujer, con un intervalo de dos años entre cada embarazo, con el objetivo de proteger a las madres subrogadas de una posible explotación.

Actualmente, la práctica de la gestación subrogada en Kenia se basa principalmente en contratos de derecho privado entre las partes involucradas. Esta falta de regulación oficial deja vulnerables a las mujeres portadoras, a menudo contratadas por empresas que eligen perfiles precarios y marginados para evitar cualquier control externo. Esta realidad quedó destacada en una investigación publicada por el periodista Naipanoi Lepapa en 2021, que revela la parte más oscura del negocio de la gestación subrogada en el país.

A pesar de los importantes problemas éticos y sociales, la propuesta de ley para regular la gestación subrogada tiene dificultades para avanzar en el Parlamento de Kenia. Los desacuerdos entre los diferentes partidos políticos complican los debates, y algunos diputados se muestran hostiles al texto, en particular por sus implicaciones para el acceso de las mujeres a la planificación familiar. La cuestión financiera también es motivo de preocupación, ya que el coste de una gestación subrogada en Kenia es significativamente menor que en otras partes del mundo, como Estados Unidos o Europa del Este.

En un contexto en el que los avances científicos y tecnológicos desafían las normas establecidas de reproducción humana, Kenia se encuentra en una encrucijada crucial a la hora de definir los contornos de la gestación subrogada en su país. La cuestión va mucho más allá de la simple regulación de la práctica médica; plantea profundas cuestiones sobre la justicia social, la igualdad de género y el respeto de los derechos fundamentales. Es esencial que los parlamentarios kenianos encuentren puntos en común para desarrollar una legislación equilibrada que respete los derechos de todas las partes involucradas en la gestación subrogada.

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