Fatshimetria
El uso de velas aromáticas para mejorar la calidad del ambiente es una práctica cada vez más extendida en la actualidad. Sin embargo, detrás de su apariencia cálida y relajante se esconden peligros potenciales para la salud y la calidad del aire interior.
Las velas de parafina, fabricadas en refinerías de petróleo, son las más populares del mundo. Pero la quema de parafina libera compuestos orgánicos volátiles (COV) que son perjudiciales para la salud. Estos COV son similares a los emitidos por productos como pinturas, ambientadores, gases de escape de automóviles, productos de limpieza y aparatos que queman combustible.
Las velas aromáticas contienen contaminantes del aire y provocan varias reacciones químicas durante su combustión debido a fragancias y colorantes artificiales. Por ejemplo, la presencia de tolueno, un líquido vaporizado coloreado derivado del petróleo crudo utilizado para fabricar velas, representa un peligro para la salud. El tolueno es un tóxico conocido que puede causar dolores de cabeza, mareos y otros efectos adversos, incluso en niveles de exposición considerados seguros por los reguladores. Además, las velas de parafina emiten hidrocarburos aromáticos policíclicos, como el benceno y el formaldehído, conocidos carcinógenos humanos que pueden provocar trastornos sanguíneos como leucemia e irritación respiratoria.
Varios estudios han evaluado las emisiones de velas aromáticas en hogares y ambientes controlados y han demostrado que encender velas aumenta el riesgo de inhalar sustancias químicas peligrosas que contribuyen a la mala calidad del aire. Un estudio realizado en abril de 2015, simulando el uso en interiores, demostró que las velas pueden liberar contaminantes incluso cuando no están encendidas. Los resultados mostraron que la concentración de formaldehído emitido por una vela encendida con aroma a fresa era de 2.098 partes por mil millones, muy por encima de los umbrales considerados aceptables. De manera similar, la concentración total de emisiones de una vela encendida con sabor a kiwi y melón fue de 12.742 partes por mil millones. Por tanto, está claro que las velas aromáticas representan un peligro potencial para la salud y la calidad del aire interior.
Ante estos riesgos, muchas personas evitan las velas hechas de petróleo y prefieren velas hechas de grasas animales y vegetales como el aceite de coco, la cera de soja, la cera de abejas o la estearina. Estas alternativas más naturales te permiten disfrutar del ambiente cálido de las velas evitando los efectos nocivos de los compuestos químicos presentes en las velas de parafina..
Es fundamental mantenerse informado sobre los peligros potenciales del uso de velas aromáticas y optar por alternativas más seguras para mantener la salud y la calidad del aire interior. La conciencia de los problemas ambientales y de salud relacionados con nuestros hábitos diarios es crucial para preservar nuestro bienestar y el de nuestro planeta.