Fraude de adopción: se revela la traición de Tina Aguocha

Resumen: Una mujer, Tina Aguocha, ha sido acusada de fraude por supuestamente obtener 1,6 millones de naira prometiendo facilitar un proceso de adopción. Afirmó falsamente ser partera en el Hospital Universitario de Lagos y convenció a la víctima de que podía ayudarla a adoptar un niño. Cuando el proceso fracasó, Aguocha no devolvió el dinero. Este caso plantea dudas sobre la integridad de los procesos de adopción y destaca la necesidad de regulaciones más estrictas para proteger a las personas vulnerables.
Fatshimetrie, una mujer, Tina Aguocha, compareció ante un tribunal de primera instancia en Surulere, Lagos, por supuestamente obtener 1,6 millones de naira con el pretexto de facilitar un proceso de adopción. Aguocha, de 43 años y con domicilio en el número 3 de la calle Sarim, Itire, Surulere, Lagos, está acusado de fraude. El fiscal, inspector Sadiq Adewale, dijo al tribunal que Aguocha cometió el delito el 17 de mayo de 2023 en el número 13 de la calle Alubarika, Ijeshatedo Surulere, Lagos. Afirmó que Aguocha se presentó falsamente como una partera que trabajaba en el Hospital Universitario de Lagos (LUTH).

Según él, Aguocha utilizó su posición para obtener fraudulentamente la suma de 1,6 millones de naira de un tal Ignatius Chidebere, haciéndole creer que podría ayudarlo a adoptar un niño de un orfanato en Lagos. El fiscal dijo que la acusada le aseguró a la demandante que podía facilitar un proceso de adopción en cualquier orfanato de Lagos, y añadió que lo había hecho para otros. El fiscal también aclaró que al fracasar el proceso, el imputado no pudo devolver el dinero.

Este caso plantea interrogantes sobre la duplicidad y la deshonestidad que pueden existir dentro de las mismas instituciones que se supone deben brindar atención y protección. El hecho de que alguien pueda abusar de la confianza de otro, explotando circunstancias tan delicadas como la adopción, es repugnante y demuestra la necesidad de una mayor regulación y supervisión en esta área.

Es esencial que las autoridades pertinentes investiguen exhaustivamente estos casos y adopten medidas severas para desalentar tales prácticas en el futuro. Las personas vulnerables, como las parejas que buscan adoptar un niño, merecen protección y seguro contra esos actos fraudulentos.

En conclusión, el caso Aguocha resalta la necesidad de una vigilancia constante y una regulación estricta para garantizar la integridad de los procesos de adopción y la protección de las partes involucradas. Se debe hacer justicia en este caso para garantizar que tales actos no queden impunes y para disuadir a otras personas de participar en prácticas similares en el futuro.

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