La tragedia ocurrida durante el carnaval infantil en la escuela secundaria islámica de Basorun, Ibadan, ha enlutado al estado de Oyo, después de que se confirmara la pérdida de varias vidas. El incidente ocurrido el miércoles por la mañana estuvo marcado por una trágica estampida que afectó principalmente a niños, provocando una profunda tristeza en la comunidad.
El comisario estatal de Información y Orientación Cívica, el príncipe Dotun Oyelade, reveló en un comunicado que las autoridades crearon rápidamente un equipo de respuesta rápida para hacer frente a la situación. Las víctimas fueron trasladadas inmediatamente a diferentes hospitales de la metrópoli de Ibadan para recibir el tratamiento necesario.
Sin embargo, el gobierno está a la espera de un informe detallado de la policía para determinar el número total de víctimas involucradas en esta tragedia. Se destacó que el Estado no participó en la planificación de este evento y que no se solicitó al Ministerio de Salud ningún apoyo logístico para este carnaval privado.
El gobierno aseguró que brindará todo el apoyo necesario a las víctimas de la estampida y a sus familias durante este difícil período. Se recomendó a los padres preocupados por la situación de sus hijos que visitaran varios centros médicos en Ibadan adonde fueron trasladadas las víctimas.
Centros médicos como el Hospital Patnas en Basorun, el Hospital Western en Basorun, el Hospital Estatal en Ring Road, el Hospital de Especialidades Molly y el Hospital Universitario (UCH) están listos para recibir a las personas afectadas.
Al expresar su más sentido pésame a las familias afectadas por esta tragedia, el gobierno estatal alienta al público a mantener la calma y la cooperación durante esta difícil experiencia. Las lecciones aprendidas de este trágico evento deberían fomentar la conciencia colectiva sobre la seguridad de los eventos públicos y la protección de los niños durante este tipo de reuniones.
En última instancia, es esencial que se tomen medidas para evitar este tipo de tragedias en el futuro y que la seguridad pública siga siendo una prioridad máxima en la organización de cualquier evento, especialmente aquellos que involucran la participación de niños pequeños.