Fatshimétrie destacó recientemente un caso de alto perfil que involucra a la República Democrática del Congo y al gigante tecnológico Apple. De hecho, las autoridades congoleñas han presentado denuncias oficiales contra las filiales de Apple en Francia y Bélgica, acusando a la empresa de abastecerse de minerales en zonas de conflicto armado en el este del país.
En un clima de tensiones persistentes y conflictos armados en la región, la República Democrática del Congo ha emprendido acciones legales para denunciar lo que llama «minerales de sangre». Apple, por su parte, rechaza enérgicamente estas acusaciones, asegurando que está comprometida con el abastecimiento responsable y exige a sus proveedores que respeten los estándares más altos de la industria.
La compañía estadounidense afirma que ha tomado medidas para garantizar que en sus productos no se utilicen minerales de la República Democrática del Congo y Ruanda. De hecho, consciente de los riesgos asociados al abastecimiento en zonas de conflicto, Apple ha pedido a sus proveedores que suspendan el suministro de estaño, tantalio, tungsteno y oro procedentes de esas regiones.
Apple destaca el predominio de minerales reciclados en sus productos, como el 99% de tungsteno reciclado y el 100% de cobalto reciclado en las baterías de sus iPhone. Estas iniciativas tienen como objetivo limitar el impacto de las cadenas de suministro en las poblaciones afectadas por conflictos armados en África subsahariana.
Frente a esta batalla jurídica, la RDC ha contratado a abogados de renombre para defender su causa y promover la rendición de cuentas entre los implicados en el comercio de minerales procedentes de zonas de conflicto. Los abogados de la República Democrática del Congo se han puesto en contacto con el Presidente de la Comisión Europea para crear conciencia sobre esta cuestión en la UE y fomentar un diálogo constructivo para poner fin a la violencia armada en la región.
Un informe reciente publicado por bufetes de abogados internacionales destaca las violaciones de los derechos humanos en las regiones mineras de la República Democrática del Congo y subraya la complicidad silenciosa de la comunidad internacional en las masacres en el este del país. Las organizaciones internacionales y las Naciones Unidas también han documentado los vínculos entre el comercio ilegal de minerales de conflicto y ciertas empresas tecnológicas, lo que pone de relieve la urgente necesidad de actuar para poner fin a estas prácticas reprobables.
En última instancia, este caso pone de relieve las cuestiones éticas y humanas vinculadas al suministro de minerales en zonas de conflicto armado. También destaca la responsabilidad de empresas globales como Apple de promover cadenas de suministro responsables que respeten los derechos humanos.