Resiliencia y determinación en la escuela Mulekya de Beni

La escuela primaria Mulekya en Beni, a pesar de los desafíos de seguridad, concluyó su primer semestre con determinación. La comunidad escolar, compuesta por 183 estudiantes, superó obstáculos para continuar su camino educativo. Los estudiantes enfrentan viajes difíciles a la escuela, mientras que los maestros enfrentan desafíos como el pago de bonificaciones. A pesar de los trágicos acontecimientos y la inestabilidad, la escuela Mulekya sigue funcionando gracias a la dedicación de todos. Símbolo de resiliencia y perseverancia, sigue siendo un pilar de educación y esperanza para las generaciones futuras.
La escuela primaria Mulekya, ubicada en el barrio de Sayo de Beni, provincia de Kivu del Norte, concluyó recientemente su primer período del año escolar 2024-2025. A pesar de los muchos desafíos de seguridad que afectaron la reanudación de clases, los estudiantes y maestros de esta escuela demostraron una determinación extraordinaria para continuar su trayectoria educativa.

En el corazón de esta pequeña comunidad escolar, 183 estudiantes, incluidas 82 niñas, alcanzaron recientemente un hito importante al completar sus últimos exámenes del semestre. Para algunos de ellos, el camino hacia la escuela está plagado de obstáculos, obligando a algunos a caminar hasta 5 kilómetros para llegar al establecimiento.

A pesar de los trágicos acontecimientos recientes relacionados con los ataques de los rebeldes de la ADF, la comunidad escolar de la escuela Mulekya se ha mantenido unida y decidida. Algunos padres han tenido que mudarse a barrios vecinos en busca de seguridad, lo que retrasa el retorno a cierta estabilidad.

Los docentes de la escuela también han enfrentado desafíos importantes, particularmente a la hora de pagar sus bonificaciones. El director del establecimiento, Valentin Paluku, destaca la importancia de resolver esta cuestión para garantizar un entorno propicio para la educación de los niños. “El principal reto que hemos enfrentado es el pago de bonos a los nuevos docentes de la unidad. Si el gobierno pudiera hacerse cargo de estos docentes para que reciban el pago adecuado, ya no tendríamos dificultades”, compartió.

A pesar de estos obstáculos, la Escuela Mulekya continúa funcionando, con estudiantes y profesores demostrando una dedicación ejemplar. Las largas distancias, los riesgos de seguridad y las dificultades financieras no frenan la determinación de esta comunidad de brindar a los niños una educación de calidad.

La Escuela Mulekya encarna la resiliencia y la perseverancia frente a la adversidad. En un contexto marcado por la inestabilidad y los desafíos permanentes, sigue siendo un bastión de conocimiento y esperanza para las generaciones futuras.

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