En el corazón de la Ciudad de la Luz de París, se está llevando a cabo una venta excepcional titulada «Excepción tribal» que pone de relieve objetos antiguos de gran valor cultural e histórico, procedentes de Asia, América Latina y África. Este evento, que atrae la atención de coleccionistas y amantes del arte de todo el mundo, presenta una diversidad de artefactos únicos, incluida la recada del rey Béhanzin, un cetro de madera simbólico que porta una historia tan rica como controvertida.
El relato del rey Béhanzin, que representa una mano cerrada sobre el hígado de un enemigo derrotado, está en el centro de los debates. La cuestión de su procedencia y legitimidad plantea interrogantes sobre su presencia en el mercado del arte. Marie-Cécile Zinsou, presidenta de la Fundación de Arte Zinsou, habló sobre el tema y destacó el carácter cuestionable de la venta de este objeto histórico.
En un contexto en el que la restitución de las obras de arte saqueadas durante el período colonial es el centro de las preocupaciones, la venta de la recade del rey Béhanzin plantea cuestiones éticas y políticas. Si bien Francia acaba de devolver un número importante de obras a Benín para reconocer los abusos del ejército colonial, la venta de este símbolo de poder ancestral a precios ridículos puede parecer fuera de lugar y una falta de respeto a la historia y la cultura beninesas.
La actitud de los descendientes de los soldados del ejército colonial, que se permiten vender objetos saqueados sin consultar a los países de origen, suscita indignación y subraya la urgencia de pensar en un enfoque más respetuoso hacia el patrimonio cultural africano. Es fundamental reconocer el doloroso pasado de la colonización y trabajar por la preservación y restitución de los objetos robados, a fin de restablecer la justicia y el respeto a los pueblos cuya cultura ha sido despojada.
La venta de la recada del rey Béhanzin pone de relieve las complejas cuestiones de la reapropiación cultural y la restitución de bienes culturales, invitando a una reflexión profunda sobre las relaciones entre los países colonizadores y las antiguas colonias. Es hora de echar una mirada crítica al pasado colonial e imaginar un futuro basado en el respeto mutuo y el reconocimiento de los errores históricos.