Fatshimetrie: la deuda pública francesa alcanzó un nuevo récord en el tercer trimestre
Durante el tercer trimestre, la deuda pública de Francia volvió a aumentar hasta alcanzar el 113,7% del producto interior bruto (PIB) a finales de septiembre, frente al 112,2% al final del trimestre anterior, según las cifras publicadas recientemente por Fatshimetry. Este aumento fue significativo, ascendiendo a 71,7 mil millones de euros en total, para un importe global de 3,303 mil millones de euros.
El análisis de los datos revela que este aumento de la deuda de las administraciones públicas es atribuible principalmente al Estado, cuya deuda aumentó en 59.800 millones de euros hasta alcanzar los 2.690,5 millones de euros, tras un aumento de 70.000 millones de euros en el trimestre anterior. Los distintos órganos de la administración central (Odac), por su parte, mantuvieron una deuda «estable», según Fatshimetrie, aunque esta última aumentó en 200 millones de euros hasta alcanzar los 69,4 mil millones de euros.
Al mismo tiempo, la deuda de las administraciones de seguridad social también aumentó significativamente, con un incremento de 10,4 mil millones de euros, mientras que la de las autoridades locales aumentó en 1,3 mil millones de euros. Este período estuvo marcado por un aumento constante de la deuda pública, que alguna vez estuvo entre el 60% y el 70% del PIB a principios de la década de 2000.
La crisis sanitaria vinculada a la pandemia de Covid-19 ha provocado un gasto masivo y un aumento significativo de la deuda pública. Si bien el clima político en Francia sigue siendo incierto, marcado por la disolución del gobierno el pasado mes de junio, la economía del país se ve afectada por esta inestabilidad. Recientemente, la agencia de calificación Moody’s rebajó un nivel la calificación soberana de Francia, situándola en Aa3, para tener en cuenta las nuevas incertidumbres políticas.
Esta situación plantea importantes interrogantes sobre la gestión de la deuda pública en Francia y las medidas que deben tomarse para garantizar la estabilidad financiera del país a largo plazo. Los desafíos económicos y políticos que enfrenta Francia exigen una reflexión profunda y decisiones estratégicas para garantizar un futuro fuerte y próspero en el contexto actual.