**El general Eddy Kapend encarna la sabiduría y la autoridad en Lubumbashi: un llamado a la paz y la unidad**
En un contexto de tensión social y de rumores infundados que circulan en las redes sociales, el comandante de la 22ª región militar, general Eddy Kapend, se erige como un sólido baluarte para garantizar la seguridad y el bienestar de la población de Lubumbashi. Ante la agitación que encendió la capital del cobre, demostró calma, seguridad y sabiduría lanzando un vibrante llamamiento a la calma y la vigilancia.
Los rumores alarmistas sobre un inminente ataque a la ciudad por parte de milicianos Bakata-Katanga han sembrado miedo y confusión entre los residentes. Las empresas han bajado el telón, se ha instalado la desconfianza y la psicosis se ha apoderado de las mentes. Pero ello sin contar con la firmeza y la autoridad del general Kapend, quien, como un faro en medio de la agitación, supo iluminar el camino a seguir.
Su llamamiento a la población de Lush es claro: mantengan la calma, sigan con sus actividades diarias y permanezcan alerta ante los intentos de perturbación y desorden. Un mensaje cargado de responsabilidad y sentido cívico, que invita a todos a desempeñar un papel activo en la preservación de la paz y la estabilidad de la ciudad.
Pero más allá de este llamado al orden, el general Kapend pudo insuflar un soplo de unidad y patriotismo a la población. En estos momentos delicados, es fundamental permanecer unidos, unirnos en torno a los valores de la República y rechazar cualquier forma de división o violencia. Porque es juntos, en unidad y solidaridad, como el pueblo congoleño podrá superar los obstáculos y construir un futuro mejor.
Lejos de la guerra y la discordia, el general Kapend aboga por la construcción, el desarrollo y la paz. Advierte contra manipuladores y alborotadores, llamando a todos a ejercer discernimiento y lucidez. Porque protegiendo los fundamentos de nuestra sociedad, cultivando el espíritu de colaboración y de fraternidad, podremos construir un futuro brillante para todos.
En última instancia, el discurso del general Eddy Kapend resuena como un llamado a la razón, la solidaridad y la responsabilidad. Encarna la voz de una autoridad benévola, dispuesta a proteger y guiar a su pueblo hacia un mañana más sereno. En un momento en el que acechan la incertidumbre y el miedo, su determinación y dignidad son un bálsamo tranquilizador para una sociedad en busca de estabilidad y justicia.