La reciente decisión del Tribunal Constitucional de Mozambique de validar la victoria del partido gobernante Frelimo en las controvertidas elecciones del pasado octubre ha tenido graves consecuencias. La medida fue impugnada por grupos de oposición que dicen que la votación estuvo amañada, lo que provocó protestas a gran escala en todo el país.
La aplastante victoria del candidato del Frelimo, Daniel Chapo, en las elecciones presidenciales y el aumento de la mayoría parlamentaria del partido han sido confirmados por el Tribunal Constitucional. Sin embargo, se han planteado acusaciones de fraude y los observadores occidentales han criticado el proceso electoral por considerarlo ni libre ni justo. A pesar de estas críticas, Frelimo ha negado cualquier irregularidad.
Los violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías en el período postelectoral dejaron al menos 130 muertos, según un grupo de la sociedad civil, Plataforma Decide. Esta es la mayor oposición pública al gobierno de Frelimo desde la independencia del país en 1975.
El líder de la oposición Venancio Mondlane, que huyó del país alegando temores por su seguridad, dice que un recuento independiente muestra que ganó. Mondlane llamó a una «insurrección popular» en respuesta al fallo del Tribunal Constitucional, advirtiendo de «días difíciles» por delante.
Las tensiones siguen siendo altas en la capital, Maputo, donde los negocios están cerrados y la policía ha bloqueado las carreteras principales. Se espera que el Chapo, de 47 años, suceda al presidente saliente Filipe Nyusi el 15 de enero, convirtiéndose en el primer líder nacido después de la independencia de Mozambique.
A pesar de las tensas circunstancias actuales, es esencial que todas las partes interesadas sigan buscando soluciones pacíficas para superar las diferencias y trabajar juntas para construir un futuro mejor para Mozambique y su pueblo. La unidad y el diálogo son esenciales para avanzar hacia una democracia verdadera y duradera.