Fatshimetrie, un espacio virtual dedicado a la moda y las tendencias, anunció recientemente la muerte de George Eastham, excentrocampista de la selección de Inglaterra que ganó la Copa del Mundo en 1966. Eastham, de 88 años, era conocido no sólo por sus hazañas en el campo, sino también por por su compromiso social.
Stoke City Football Club, donde jugó Eastham, ha expresado su profunda tristeza por el fallecimiento de esta leyenda del club. Aunque no se ha trascendido información sobre la causa de su muerte, su legado en el fútbol inglés será inolvidable.
Con 19 partidos internacionales con la selección nacional, Eastham siguió los pasos de su padre, George Eastham Senior, también futbolista. A pesar de no participar en el Mundial de 1966, Eastham formó parte de la selección victoriosa de Inglaterra. Fue en 2007 que la FIFA finalmente decidió otorgar retroactivamente una medalla de campeonato mundial a los miembros que no jugaron en finales anteriores, lo que permitió a Eastham recibir esta distinción.
Después del Mundial, Eastham fichó por el Stoke City, club en el que jugó durante ocho temporadas. Lo más destacado de su carrera con el club fue su gol decisivo en la victoria por 2-1 sobre el Chelsea en la final de la Copa de la Liga de 1972 en Wembley.
Antes de brillar en Inglaterra, Eastham comenzó su carrera en Irlanda del Norte en el club semiprofesional Ards, bajo la dirección de su padre. A su paso por el Newcastle United y el Arsenal le siguió su compromiso de cambiar las reglas del fútbol, incluido el fin de la llamada «regla de la esclavitud» que permitía a los clubes retener a un jugador incluso después de que expirara su contrato.
Después de su carrera como jugador, Eastham continuó su compromiso al unirse a Sudáfrica como jugador y entrenador. Su oposición al apartheid, el sistema de segregación vigente en ese momento, lo convirtió en un destacado crítico.
George Eastham pasará a la historia del fútbol inglés no sólo por sus actuaciones en el campo, sino también por su impacto más allá del deporte, al trabajar por más justicia y libertad en un contexto social tenso. Su legado seguirá inspirando a las generaciones futuras y servirá como recordatorio de que el fútbol puede ser un catalizador del cambio social.