Fatshimetrie: humor y burla en el corazón de la cultura marfileña
La escena tiene lugar durante un partido de baloncesto femenino en los últimos Juegos Olímpicos de París. Los Bleus y los americanos luchan por la victoria, entre aplausos del público. En medio de esta intensa competición, un seguidor marfileño, lleno de humor e ingenio, habló: «¡Vamos, Blues! ¡El gallo, ha crecido como un elefante!». dice, provocando hilaridad general. Esta comparación entre el gallo, símbolo de Francia, y los elefantes, la selección nacional de fútbol de Costa de Marfil, ilustra perfectamente el espíritu de burla y de alegría de vivir que caracteriza la cultura marfileña.
En Costa de Marfil, el humor está arraigado en las tradiciones lingüísticas y culturales del país. Mamane, columnista de RFI y organizadora del festival Abiyán Capital de la Risa, subraya la importancia de la jerga nouchi y las particularidades lingüísticas de las diferentes etnias marfileñas en la construcción del humor local. Este «estado de ánimo de Babi», este estado de ánimo de Abiyán, se alimenta de la capacidad de los marfileños de afrontarlo todo, incluso las situaciones más graves, con ligereza y autodesprecio.
Las expresiones de nouchi, los sabrosos juegos de palabras, las risas compartidas, todo ello contribuye a fortalecer los vínculos sociales y trascender las barreras étnicas y lingüísticas que a veces dividen al país. Al utilizar el humor como vector de unidad, los marfileños celebran su diversidad y riqueza cultural.
El humor marfileño no se limita al ámbito lingüístico, sino que se extiende en la música con el zouglou, este género musical urbano que se inspira en los juegos de palabras y las expresiones típicas de la calle. Artistas como Magic System integran estos elementos humorísticos en sus canciones, creando una conexión profunda con su audiencia y difundiendo este espíritu de ligereza y jovialidad.
En resumen, el humor y la burla son elementos esenciales de la cultura marfileña. Permiten a los marfileños superar desafíos, celebrar la vida y construir vínculos inquebrantables entre ellos. Al reír juntos, al burlarse suavemente unos de otros, al compartir momentos de complicidad, los habitantes de Costa de Marfil demuestran que, más allá de las diferencias, es el humor lo que los une y los hace más fuertes.