La celebración de la misa de Navidad adquiere un significado especial en el orfanato Dieu Bénit en Ndjamena, Chad. En la mañana del 25 de diciembre, la Iglesia Evangélica Maranatha decidió reubicar su tradicional servicio para brindar un momento de consuelo y compartir a un centenar de niños desfavorecidos.
La fundadora y directora del orfanato, Sephora Nadjimbaidjé, infunde en este acontecimiento una dimensión de esperanza y amor. Para estos niños, la Navidad simboliza el nacimiento de Jesús, de quien se consideran descendientes. Esta celebración es también una oportunidad para recordar a los más pequeños que la alegría puede brillar incluso en las situaciones más difíciles, para que se sientan rodeados a pesar de la ausencia de sus familias biológicas.
La presencia de música y cantos, dirigidos por ex alumnos, crea un ambiente de celebración y comunión. Issiaka David, vicepresidente de la Iglesia Maranatha, no solo respondió a esta iniciativa sino que también contribuyó trayendo alimentos, juguetes y otros suministros esenciales para el bienestar de los niños.
Más allá de la generosidad material, el orfanato Dieu Bénit se compromete a ofrecer un futuro prometedor a sus residentes. Sephora Nadjimbaidjé destaca la importancia de la educación para estos niños, animándolos a estudiar y formarse para convertirse en los agentes de cambio del mañana. Porque, como dice un proverbio chino, es mejor enseñar a alguien a pescar que darle pescado.
Esta colaboración entre la Iglesia Maranatha y el orfanato Dieu Bénit no se limita a la celebración de la Navidad. Las dos entidades planean continuar su asociación para apoyar a estos niños no sólo durante la temporada navideña, sino durante todo el año.
En definitiva, este evento pone de relieve la importancia de la solidaridad y la empatía hacia los más vulnerables de la sociedad. Al donar su tiempo, amor y recursos, los miembros de la comunidad están demostrando que es posible sembrar esperanza y alegría incluso en los lugares más oscuros. La Navidad, en este lugar lleno de generosidad y bondad, asume su significado pleno: el del compartir y la fraternidad.