Fatshimetria
Desde hace tres semanas, el tramo Bunia-Katoto-Largu es escenario de una situación preocupante que dificulta la circulación de personas y mercancías. Los incesantes ataques de la milicia CODECO en la región han obligado a las autoridades locales a suspender todo el tráfico. Esta carretera, vital para abastecer de productos esenciales a varias localidades del territorio de Djugu, está actualmente paralizada por un clima de inseguridad creciente.
Los habitantes de la región de Djugu están atrapados en la violencia, enfrentando casos recurrentes de asesinatos, secuestros y saqueos atribuidos a milicianos de CODECO. Los grupos de Ladhejo, Gobi y Pimbo se ven especialmente afectados por esta espiral de violencia e inseguridad. La sociedad civil local pide al gobierno que tome medidas firmes para desalojar a estos milicianos de estas zonas, donde la población se siente literalmente asfixiada.
Las consecuencias de esta ocupación armada se sienten incluso en la economía local. El acceso a los campos se ve obstaculizado, comprometiendo las cosechas y las actividades agrícolas de los residentes. Las pequeñas empresas también se ven afectadas, con la suspensión de los mercados comunitarios y el aumento de los precios de productos de primera necesidad como la sal, el azúcar, el aceite vegetal y el combustible. Reina una tensión palpable entre la población, que ahora dice que no tiene salida al mar y está aislada.
Ante esta alarmante situación, aumentan los llamamientos a reforzar la presencia militar en la región. Los residentes exigen una intervención más firme de las FARDC para contener las amenazas de los grupos armados y restablecer un clima de seguridad propicio para el desarrollo. Al mismo tiempo, la MONUSCO está intensificando sus patrullas para garantizar la protección de los civiles y tratar de evitar nuevas escaladas de violencia.
La crisis que afecta a la sección Bunia-Katoto-Largu revela los desafíos humanitarios y de seguridad que enfrenta la región de Djugu. Entre las aspiraciones de desarrollo y los deseos destructivos de las milicias, el futuro de esta comunidad está en el limbo. Es urgente que se tomen acciones concretas para restablecer la paz y la estabilidad, garantizar la seguridad de los residentes y permitir la reanudación de las actividades económicas.