A medida que se acerca el cincuentenario de la independencia de Angola, se tomó la decisión presidencial de conceder el indulto a una cincuentena de condenados, entre ellos José Filomeno dos Santos, hijo del ex presidente José Eduardo dos Santos. José Filomeno dos Santos fue condenado a cinco años de prisión por malversación de fondos, un caso que saltó a los titulares y destacó la lucha contra la corrupción en el país.
Como director del fondo soberano de Angola de 2013 a 2018, José Filomeno dos Santos estuvo involucrado en un escándalo financiero relacionado con la transferencia fraudulenta de fondos por un total de hasta 1.500 millones de dólares. Esta decisión de indulto presidencial se produce en un contexto particular, marcado por las celebraciones del cincuentenario de la independencia de Angola, pero también por el deseo declarado del presidente João Lourenço de luchar contra la corrupción y limpiar las instituciones del país.
Este caso, que involucra a varios miembros de la familia dos Santos, entre ellos José Filomeno dos Santos, comúnmente apodado «Zenu» en Angola, fue uno de los primeros casos tramitados en el marco de la campaña anticorrupción lanzada por el actual presidente. Al despedir a personas cercanas a su predecesor colocadas en puestos clave, João Lourenço mostró su determinación de poner fin a las prácticas de malversación de fondos y mal gobierno que asolan al país desde hace mucho tiempo.
Además de José Filomeno dos Santos, otros condenados también se beneficiaron de este indulto presidencial, entre ellos la cantante angoleña Ana da Silva Miguel, conocida como Neth Nahara. Su caso provocó la indignación de Amnistía Internacional debido a las condiciones de su arresto y detención, incluido el hecho de que había sido privada de tratamiento médico por su estado serológico respecto del VIH durante varios meses.
Esta decisión de liberar a los prisioneros se produce en aras de la armonía, la clemencia y la reconciliación a medida que se acercan las festividades de fin de año y el cincuentenario de la independencia de Angola. Sin embargo, plantea interrogantes sobre el impacto en la lucha contra la corrupción y la justicia en el país, así como en el respeto a los derechos fundamentales de las personas, independientemente de su estatus social o político.