### La RN4: Cuando una carretera simboliza el abandono de una economía local
En el horizonte de la República Democrática del Congo (RDC), la RN4 brilla con su desesperación. La dinámica comercial de este eje vial, que une el pueblo de Isongo, en la provincia de Maï-Ndombe, con Mbandaka, parece estar desapareciendo. Hoy, lo que antaño era una animada arteria comercial se ha convertido en una vía del olvido, donde el ruido de los motores ha dado paso al silencio opresivo de magros intentos de tráfico.
#### El vagabundeo económico de Isongo y sus consecuencias
En el centro de esta crisis se esconde una realidad inquietante: los operadores económicos de Isongo están sujetos a limitaciones logísticas cada vez más insuperables. Los retrasos, bloqueos y extorsiones por parte de las fuerzas del orden en la frontera entre Mai-Ndombe y Ecuador han contribuido al éxodo de transportistas. Los testimonios recogidos revelan que el simple hecho de cruzar la frontera lleva aparejado el pago de tasas desorbitadas, sumas tan tentadoras que un vehículo pesado podría rentabilizar mejor su inversión permaneciendo inmovilizado. Esta situación no sólo pone en peligro a los transportistas; También asfixia a las familias que dependen de todo un sistema de distribución de servicios y bienes.
Cuando hablamos de fortalecer la economía, es imperativo que miremos más allá de los números. En 2020, la República Democrática del Congo tuvo una tasa de crecimiento económico del 1,7% según el Banco Mundial, pero estas estadísticas a menudo ocultan la desesperación de millones de habitantes. En Isongo, el aumento de los precios en el mercado local, donde un litro de carburante ya cuesta 5.000 francos CFA, ilustra que la economía informal, que representa una parte importante de la vida cotidiana, está siendo destruida.
#### Precios en alza y brecha social
Cabría preguntarse qué sentido tiene que una bolsa de sal cueste entre 28.000 y 30.000 francos CFA, en un país donde el ingreso medio ya está muy por debajo de las expectativas sociales. Este desequilibrio agrava la brecha cada vez mayor entre las diferentes capas de la sociedad. Los más vulnerables, los que viven al día, se están quedando atrás. En este contexto, sería interesante tener en cuenta los estudios sobre la desigualdad de ingresos en la República Democrática del Congo, que muestran que el país se encuentra entre los más desiguales del mundo. Las tasas de pobreza extrema que afectan a casi el 70% de la población en 2021 muestran claramente los efectos de una crisis local.
Al exponer las realidades recientes de Isongo, también hay que señalar que las aldeas circundantes están sintiendo los efectos colaterales de esta asfixia económica. Un transportista en motocicleta, a menudo obligado a contentarse con unas cuantas bolsas de mercancías, viaja menos, lo que restringe el tejido comercial tradicional, lo que provoca una emigración temporal hacia regiones más accesibles.. Al final, las familias se encuentran cara a cara con el sufrimiento diario de una vida que se ha vuelto insoportable.
#### El llamado a la acción y la necesidad de soluciones sostenibles
Los habitantes de Isongo no sólo buscan exponer los abusos de un sistema corrupto, sino también crear conciencia sobre su desesperación. Sus llamamientos a la acción son claros: es fundamental que el Estado asuma la responsabilidad de erradicar las prácticas consideradas abusivas y restablecer el diálogo constructivo entre las administraciones públicas, las fuerzas de seguridad y los ciudadanos. La conciencia de los desafíos que plantean la seguridad alimentaria y la movilidad económica también podría servir como trampolín hacia soluciones sostenibles.
Se podrían considerar iniciativas de microfinanciamiento y programas de sensibilización para fortalecer la resiliencia de las poblaciones rurales. También sería prudente explorar asociaciones público-privadas destinadas a rehabilitar la RN4, porque una carretera bien mantenida y descongestionada no sólo podría promover un tráfico seguro, sino también convertirse en un vector de crecimiento económico.
Por último, más allá de las medidas de corto plazo, debe surgir una visión de largo plazo. Esta visión debe abarcar estrategias de desarrollo que vayan más allá de la simple remodelación de infraestructura. Al invertir en educación, formación profesional y nuevas tecnologías, Isongo podría volver a convertirse en un centro de atracción y un símbolo de esperanza para las generaciones futuras.
### Conclusión
La pregunta que nos planteamos no es simplemente la de la RN4. Se trata del compromiso colectivo de reconstruir un país cuyos recursos y potencial humano son inconmensurables. Este eje vial, lejos de ser un simple tramo de asfalto, es, en realidad, la ilustración de un necesario despertar colectivo. Despertemos, antes de que Isongo se convierta en una mera nota a pie de página en los anales de una RDC que siempre prometió algo mejor, pero que está mal equipada con las herramientas necesarias para superar sus limitaciones. En esta lucha por encontrar un futuro, cada voz cuenta, cada acción tiene peso. En un mundo donde acecha el olvido, asegurémonos de que la RN4 no sea sólo un vector de desesperación, sino un camino prometedor hacia el mañana.
— Jonathan Mesa, Fatshimetrie.org.