** suficiente ISTA: cuando la preocupación ante los costos académicos degenera en la violencia en Kinshasa **
El 24 de febrero de 2025, el Instituto Superior de Técnicas Aplicadas (ISTA) en Kinshasa fue el escenario de las tensiones estudiantiles que llevaron a peleas, hiriendo a tres personas. Este evento, más que una simple reacción a un rumor de control sobre los costos académicos, plantea preguntas cruciales sobre el estado de educación superior en la República Democrática del Congo (RDC) en el siglo XXI.
## angustia financiera omnipresente
Es indicativo que los trastornos estallaron después de un rumor sobre un control sobre las tasas de matrícula, un problema que trasciende las paredes del ISTA y refleja la creciente preocupación que viven muchos estudiantes. Las tarifas de matrícula en la RDC a menudo representan una carga insoportable para la mayoría de los estudiantes de modestos orígenes. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadísticas de la RDC, más del 70 % de los jóvenes congoleños no pueden acceder a la educación superior debido a los costos prohibitivos.
Frente a esta precariedad, el simple hecho de que se prevé que un control fue suficiente para desencadenar una dinámica de pánico. Esta reacción es ilustrativa de un clima de desconfianza y ansiedad que se ha convertido en la norma. Los estudiantes, ya frustrados por la falta de apoyo financiero y la infraestructura adecuada, surgieron rápidamente, temiendo que este control sea solo un pretexto para medidas aún más severas.
### Violencia evitable
Los pelos que siguieron revelan no solo fallas en el sistema educativo, sino también la ineficacia de la gestión de conflictos dentro de las instituciones académicas. El uso rápido de la fuerza por parte de las autoridades, como bourgmestre de Barumbu, Christophe Lomami, señala un enfoque reactivo en lugar de preventivo. En situaciones de crisis, es esencial establecer canales de comunicación transparentes y abiertos que permitan un diálogo en lugar de reaccionar con violencia desproporcionada.
Hasta la fecha, el uso de la fuerza parece ser la respuesta sistemática a las disputas de los estudiantes. Sin embargo, los estudios en el campo de la sociología de la educación sugieren que existen alternativas a este modelo violento. Las iniciativas de mediación y resolución de conflictos pacíficos podrían marcar una diferencia tangible. Países como Kenia, que han experimentado desafíos similares en sus universidades, han demostrado que la comunicación bien estructurada y la participación de los estudiantes en las decisiones pueden mitigar las tensiones y promover un clima de cooperación.
### hacia una conciencia colectiva
El incidente de ISTA también debe alentar a las instituciones de capacitación a revisar sus métodos y participar en un diálogo franco e inclusivo con los estudiantes.. El cierre de los canales de comunicación entre funcionarios académicos y estudiantes solo fortalece el ciclo de violencia. En cambio, es imperativo promover espacios donde las preocupaciones de los estudiantes se pueden expresar sin temor a la represión.
Además, este tipo de crisis es un llamado a la responsabilidad colectiva. Los actores del sistema educativo, las autoridades gubernamentales, pero también la sociedad civil, deben movilizarse para construir una cultura de paz y respeto dentro de las universidades. Las asociaciones de verano, a menudo subestimadas, pueden desempeñar un papel clave en este ecosistema interpretando una voz legítima y siendo una palanca para el cambio.
### Conclusión
Los incidentes recientes de ISTA son sintomáticos de una crisis más amplia en la educación superior en la RDC. Al abordar cuestiones sustantivas, en particular el financiamiento de estudios y gestión de conflictos, la compañía congoleña estará en un punto de inflexión crítico. En todas las circunstancias, el objetivo debe ser promover un entorno de aprendizaje pacífico y constructivo para los jóvenes, que, después de todo, son los actores determinantes en el futuro del país. Más allá de los alambre de púas y las balas, es imperativo tejer lazos de comprensión y solidaridad, porque la verdadera riqueza de una nación radica en su capital humano.