¿Por qué el toque de queda en Lubumbashi podría ser un paliativo ante la inseguridad arraigada y el alto desempleo?

** lubumbashi: hacia un equilibrio entre seguridad y desarrollo **

El 24 de febrero, en Lubumbashi, el general Dieudonné Odimba reafirmó la importancia del toque de queda, extendida durante dos semanas, como una herramienta efectiva para combatir el crimen. Aunque sus resultados iniciales parecen prometedores con una caída en los delitos, las preguntas persisten en la aceptación de esta medida por parte de la población, a menudo percibidas como renuncia ante la inseguridad persistente. El vínculo entre la seguridad y el desempleo, que excede el 30 % en la región, es crucial: sin iniciativas económicas sostenibles, los efectos beneficiosos del toque de queda pueden ser efímeros. Mientras que el general aboga por una policía protectora, el verdadero desafío radica en la reforma de la misión policial, con el objetivo de establecer un sistema de seguridad participativo. Para un futuro sereno, Lubumbashi debe conciliar la seguridad y el desarrollo, colocando a los ciudadanos en el corazón del diálogo y la acción.
** Lubumbashi: el toque de queda como herramienta para restaurar el pedido público **

El 24 de febrero, en Lubumbashi, el general Dieudonné Odimba, comisionado provincial de la policía de Haut-Katanga, reunió a sus tropas para un llamado a la vigilancia y la disciplina. El desfile, sin embargo, anclado en un marco clásico de movilización policial, toma una resonancia particular en el contexto socioeconómico actual de la región. Más allá de las instrucciones de seguridad, este evento plantea preguntas fundamentales sobre la evolución de las prácticas policiales y su impacto en la vida democrática y social de las poblaciones.

El general Odimba, a través de su discurso y su evaluación del toque de queda establecida hace un mes, destaca un cambio de paradigma en el enfoque de seguridad. De hecho, la medida, prolongada de quince días, parece encontrar un eco positivo: una caída notable en el crimen y una membresía manifiesta de la población. Esta observación, aunque encantadora, lleva a cuestionar los términos y consecuencias de las medidas excepcionales, como el toque de queda.

** Un toque de queda en contexto: ¿aceptación o renuncia?

El toque de queda a menudo se percibe como un ataque a las libertades individuales, una medida que pasa sobre los jefes de los ciudadanos. Sin embargo, en el caso de Lubumbashi, el general Odimba dice que la mayoría de las vías están vaciando a partir de las 11 p.m. Pero, ¿esta aceptación realmente proviene de la adhesión a los principios de seguridad, o testifica la renuncia ante una situación de inseguridad persistente?

Según un informe del Banco Mundial sobre la seguridad urbana, se establece que en contextos donde la inseguridad es omnipresente, las poblaciones pueden ser favorables a las medidas coercitivas, siempre que se perciban como efectivas. Desde un punto de vista sociológico, es esencial no minimizar el impacto psicológico del toque de queda en una población que ya está sujeta a múltiples crisis; Económico, político y salud, en particular.

** Impacto social: una convergencia de seguridad y preocupaciones políticas **

Desde un ángulo social, la caída en el crimen puede entenderse como un momento de respiro para la población. El hecho de que el general Odimba garantice que los controles de identidad no resulten en multas financieras es un indicador del deseo de apaciguar las tensiones. Sin embargo, este apaciguamiento puede ser de breve vivienda, especialmente si las causas estructurales del delito no están unidas a soluciones a largo plazo.

Es esencial hacer el vínculo entre el aumento de los casos de delitos, la tasa de desempleo y la incapacidad de las instituciones para proporcionar servicios básicos relevantes. Con una tasa de desempleo que a menudo supera el 30 % en Haut-Katanga, y una economía plagada de crisis repetidas, la reputación del toque de queda puede no resultar en una satisfacción sostenible si no se implementan oportunidades económicas. La asociación entre seguridad y desarrollo económico es crucial en este contexto.

** ¿Hacia una nueva visión de las misiones policiales?

Algunos pueden considerar el toque de queda como una respuesta arcaica a los desafíos modernos. Sin embargo, la declaración del general, alegando que «nuestra misión es proteger a la población» plantea una cuestión más amplia del papel evolutivo de la policía en la sociedad congoleña. Quizás es hora de tomar un nuevo camino, el de una fuerza policial local que realmente invierte en la salvaguardia del espacio público mientras establece un diálogo con la población.

Muchos países han comenzado a reformar a su policía, integrando los programas de concientización sobre la seguridad, colaborando con los actores de la comunidad para fortalecer la confianza y promover las iniciativas de vecindad. Quizás es este enfoque el que podría previstamente en los próximos días en Lubumbashi, una ciudad marcada por un fuerte ethos colectivo, sería prudente estimular a los ciudadanos mismos en la co-creación de su seguridad.

** Conclusión: Reflexión sobre seguridad sostenible **

La evaluación presentada por el general Odimba en el toque de queda es positiva en la inmediato, pero es crucial tener en cuenta que la seguridad no puede ser un objetivo aislado. Debe ir acompañado de un enfoque inclusivo, dirigido a absorber no solo medidas curativas, como el toque de queda, sino también para preparar un futuro basado en la prevención, la educación y el desarrollo económico. Lubumbashi, como otras ciudades de África, debe reflexionar sobre el establecimiento de un entorno donde la seguridad rima con prosperidad y donde el ciudadano tiene su lugar en la mesa de los fabricantes de decisiones.

Es solo combinando seguridad y desarrollo que la ciudad realmente podrá aspirar a un futuro sereno y equilibrado, lejos de las sombras de un toque de queda prolongado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *