** The Bush School en Kinshasa: un fenómeno complejo y preocupante **
En las calles de Kinshasa, donde se escucha el sonido de los cuernos y el ritmo frenético de la vida diaria, otro sonido, más inquietante, el de los estudiantes que prefieren la dulzura del betún a los bancos escolares. Esta realidad inquietante no es solo una cuestión del ausentismo escolar, sino una reveladora de problemas más amplios que afectan el tejido social y económico de la República Democrática del Congo (RDC).
Según una investigación realizada por los medios de comunicación locales Fatshimetrics, parece que varios estudiantes de establecimientos secundarios en la capital participan en diversas actividades en lugar de asistir a sus cursos. Desde los puntos de los juegos de oportunidad hasta los refrescos, los lugares donde se cumplen estos jóvenes durante el día dan un testimonio de un abandono que no es simplemente un capricho de adolescencia, sino a menudo un acto desesperado motivado por graves realidades socioeconómicas.
### Una pausa entre la educación y el compromiso de los padres
Cuando cuestionamos a los estudiantes, las cuentas de aquellos que secan las lecciones a menudo se encuentran en el mismo punto: «No podemos pagar nuestras tarifas de matrícula, entonces preferimos permanecer afuera en lugar de ser penalizados por nuestra situación. Esta declaración destaca no solo el costo de la educación, sino también el desglose de la confianza entre las escuelas, los padres y los estudiantes. El anuncio de un aumento en las tarifas escolares a mediados de año agrega presión adicional a las familias.
Un estudio reciente de la UNESCO indica que para cada mes de ausencia, los jóvenes estiman que su empleabilidad disminuye en un 15%. Esta cifra, aunque proviene de un contexto diferente, sigue siendo relevante para comprender la urgencia de la situación en la RDC. Los estudiantes, ya en desventaja por un sistema educativo que lucha por satisfacer las necesidades de la población, ven su futuro comprometido por obstáculos financieros y enfermedades educativas sistémicas.
### Una solución multidimensional
Dipo Mateta El Ropheka, Secretario Ejecutivo de la ONG Young Men Action for Education (YMAE), evoca un enfoque holístico para contrarrestar este flagelo. Más allá de las simples campañas de concientización, suplica la creación de programas de apoyo objetivo que involucrarían a padres, maestros y funcionarios escolares. Por ejemplo, el establecimiento de becas basadas en necesidades financieras podría alentar a los jóvenes a regresar a los bancos escolares. La colaboración entre las diferentes partes interesadas (instituciones públicas, ONG y actores privados) es esencial.
El Ropheka también aborda el tema de la educación informal, que podría servir como una herramienta para captar la atención de estos estudiantes. Los programas alternativos, que combinan educación, cultura y ocio, podrían despertar el interés de los jóvenes en busca de identidad y significado. Las áreas de compensación educativa, donde puede aprender de manera flexible, sin juicio ni pilas de tarea, también serían beneficiosas.
### redefine el enfoque educativo
Para abordar realmente la escuela Buissonnière, es imperativo redefinir el marco educativo. En lugar de la enseñanza basada únicamente en la evaluación académica tradicional, las instituciones deben considerar métodos de aprendizaje innovadores, centrados en el desarrollo de habilidades prácticas y valores humanos. Una educación que valora la creatividad y la mente crítica alentará a los estudiantes a actuar activamente en su capacitación, en lugar de huir de la realidad de una vida escolar que no está muy conectada con sus aspiraciones.
### Conclusión: de urgencia a movilización
La situación en Kinshasa es sintomática de una incomodidad que va más allá del individuo: cuestiona el futuro de toda una generación. Para detener este fenómeno escolar espeso que erige la alternativa de la calle al aula, no serán suficientes discursos simples. La movilización de todos los jugadores de la sociedad es esencial para reconstruir un sistema educativo justo y equitativo. En otras palabras, no es solo una cuestión de llevar a los estudiantes de regreso a la escuela, sino de hacer que quieran estar allí. Porque, para una nación que tiene como objetivo llevar el futuro, ignorar las razones de esta desconexión sería un grave error.
Al final, la lucha contra la escape de la escuela en Kinshasa bien podría ser un modelo a seguir para otras regiones del mundo, donde el acceso a la educación sigue siendo un desafío. Es hora de tomar medidas, porque la educación es, sin duda, una clave para abrir las puertas del futuro.