## Las sombras persistentes del conflicto en la RDC: un llamado urgente a la acción humanitaria
La República Democrática del Congo (RDC), rica en sus recursos naturales, pero empobrecida por décadas de conflictos, se encuentra actualmente en una encrucijada crítica. La situación en el este del país sigue siendo alarmante, a pesar del frágil alto el fuego establecido entre las Fuerzas Armadas Congoleas (FARDC) y el movimiento rebelde M23, apoyado por Ruanda. Mientras que Bintou Keita, un jefe de Monusco, recientemente presentó un inventario abrumador ante el Consejo de Seguridad de la ONU, se hace imperativo cuestionar el marco de la respuesta humanitaria, ya insuficiente, frente a los desafíos multidimensionales con los que se enfrenta la población.
#### Una realidad alarmante: las figuras hablan
Actualmente, 21.2 millones de congoleños sufre de inseguridad alimentaria, una cifra que ilustra la profundidad de la crisis. Entre ellos, 7.8 millones están desplazados internos, lo que coloca a la RDC en una situación humanitaria trágica y casi sin precedentes en todo el mundo. Como comparación, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para Alimentos y Agricultura (FAO), es una de las tasas más altas en África subsahariana, un continente que ya está muy experimentado por la inseguridad alimentaria y los conflictos.
La situación es aún más preocupante ya que el Plan Humanitario 2025, lanzado con la ambición de movilizar $ 2.54 mil millones, apenas se financia hasta la fecha. Esta baja tasa de financiamiento empuja a las organizaciones humanitarias a tomar decisiones desgarradoras con respecto a las prioridades de intervención. Las consecuencias de esta crisis de financiación son desastrosas y resaltan un dilema moral: ¿cómo asignar recursos limitados en un contexto de emergencia humanitaria que, sin embargo, requiere tanto?
### En el corazón de la crisis: obstáculos para el acceso humanitario
Uno de los principales desafíos mencionados por Bintou Keita es el acceso humanitario obstaculizado por la presencia de grupos armados. Esta situación crea «áreas blancas», donde se dejan millones de congoleños, privados de la asistencia vital que necesitan para sobrevivir. Este fenómeno no está aislado, pero se hace eco de otros conflictos en progreso en todo el mundo, como en Siria o Yemen, donde las facciones armadas complican el acuerdo humanitario.
El cierre prolongado de los aeropuertos de Goma y Kavumu también ilustra las dificultades logísticas encontradas por las agencias humanitarias. En ausencia de soluciones viables, estas interrupciones del servicio ejercen no solo una presión inaceptable sobre los corredores de ayuda, sino que también son sintomáticos de un estado de asiento económico más amplio, exacerbado por el no funcionamiento de los servicios bancarios. En estos territorios, la falta de seguridad financiera impide que los comerciantes y pequeños comerciantes operen, agregando así una dimensión económica a la crisis humanitaria.
#### La espiral de la violencia: un estado de emergencia multidimensional
La situación en Ituri, por ejemplo, donde los ataques de los grupos armados se multiplican, se hace eco de una espiral de violencia que no conoce respiro. La presencia de fuerzas armadas extranjeras, como UPDF o tropas de Ruanda, exacerba la desconfianza entre las comunidades locales y hace que la gestión de la paz sea aún más compleja. La dinámica de este conflicto está tan arraigada que impone una pregunta crucial: ¿cómo forjar una estrategia duradera para no solo manejar las crisis humanitarias, sino que realmente se acerca a las raíces de los conflictos?
### Hacia una respuesta humanitaria sostenible: la forma
Más allá de la urgencia del apoyo financiero adicional, es imperativo imaginar soluciones a largo plazo. Es necesario un enfoque sistémico para abordar no solo las necesidades humanitarias inmediatas sino también las profundas causas de los conflictos. Sería un error ver la crisis en la RDC simplemente como un problema humanitario; También es una crisis de gobierno y estructuras estatales.
Por lo tanto, el apoyo a las iniciativas de paz locales, la resolución de los conflictos interétnicos y la creación de plataformas de diálogo podrían resultar cruciales para la recuperación sostenible. Además, el uso de tecnologías de comunicación modernas para transportar información y coordinar intervenciones podría ayudar a transformar el enfoque humanitario tradicional.
### Conclusión
La situación en la RDC requiere una acción concertada e inmediata de la comunidad internacional. Si bien el mundo redescubre las crisis humanitarias desde el ángulo de la empatía y la asistencia, es crucial recordar que la ayuda humanitaria no puede ser una aderezada en una herida abierta. Al agregar a esta ecuación las dimensiones sociales, económicas y políticas, la RDC podría esperar no solo salir de la urgencia, sino también abrazar un camino hacia la paz duradera. Pero para eso, se necesitará mucho más que financiamiento simbólico: será necesario atrevimiento y determinación.