### Reflexión sobre la conmemoración del 17 de mayo en la República Democrática del Congo: entre los problemas patrimoniales y contemporáneos
El 17 de mayo se ha convertido, desde 2019, en una fecha importante en el calendario nacional de la República Democrática del Congo (RDC), celebrado como el Día Nacional de las Fuerzas Armadas. Esta fecha tiene un doble significado: marca la caída del mariscal Mobutu por Laurent-Désiré Kabila en 1997, pero también el comienzo de un período de inseguridad persistente que continúa afectando al país 28 años después. En este día de conmemoración, es esencial ver lo que esta fecha realmente representa para los congoleños hoy y cuestionar la relevancia de su celebración en el marco actual.
#### Una herencia compleja
La caída de Mobutu fue un gran punto de inflexión en la historia política de la RDC, que simboliza una victoria contra un régimen autoritario. Sin embargo, este cambio de régimen no fue acompañado de paz real, y la transición a una democracia estable ha demostrado ser laboriosa. El país se ha hundido en un ciclo de violencia y conflictos armados, elementos que permanecen tatuados en la memoria colectiva. Por lo tanto, el 17 de mayo es una fecha ambivalente, tanto la esperanza de renovación como el comienzo de una era de inestabilidad prolongada.
Las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), herederos, a un largo proceso de fusión entre diferentes facciones armadas, incluyen el ex ejército nacional del Congo (ex-FAZ) y varios grupos que, en varios momentos de la historia, lucharon por causas divergentes. Esta heterogeneidad plantea la cuestión de la unidad dentro de estas fuerzas armadas. ¿Cómo los diferentes miembros, que llevan varias historias y resentimientos, permiten que una conmemoración tan responsable del simbolismo sea aceptada sin enfrentamientos?
### Solicitudes sobre la conmemoración
Las preguntas planteadas por esa fecha son legítimas y merecen ser examinadas cuidadosamente. ¿Por qué, por ejemplo, Joseph Kabila nunca institucionalizó esta conmemoración durante su mandato? Su posición como ex presidente pudo influir en su percepción de esta fecha, marcada por luchas internas y una herencia que aún está en entrenamiento. Del mismo modo, la decisión de Félix Tshisekedi de firmar este orden plantea preguntas sobre la dinámica del poder y el deseo de enderezar una memoria colectiva que puede percibirse como división.
De hecho, la conmemoración podría fortalecer las divisiones dentro del ejército, recordando el pasado de la humillación para algunos y exacerbando las tensiones ya existentes. ¿Cómo conciliar la unidad necesaria para la cohesión del ejército con los resentimientos históricos que aún pueden sopesar a generaciones de soldados? La historia de la RDC se acentúa por el peso de los recuerdos conflictivos que se oponen a la construcción de una narratividad unificadora.
#### Una llamada para reflexionar
Por lo tanto, la celebración del 17 de mayo invita a la introspección sobre la identidad nacional y la forma en que el pasado informa el presente. Al mantener esta fecha en el calendario oficial, existe el riesgo de reavivar recuerdos dolorosos para algunos, que recuerdan los períodos de inestabilidad y sufrimiento.
En contraste, también es posible considerarlo como una oportunidad para iniciar un diálogo constructivo sobre el futuro de las fuerzas armadas de la RDC y sobre su papel en la promoción de la paz y la seguridad. Esta reflexión también podría ir acompañada de una reevaluación de los valores a promover dentro del ejército: solidaridad, reconciliación y patriotismo, más allá de las divisiones históricas.
#### hacia una revaluación de la conmemoración
Finalmente, el Festival del 17 de mayo es más que una conmemoración de un nuevo poder; Es una invitación para comprender la dinámica social y política actual. Para este día para ayudar realmente a cementar los enlaces en lugar de reavivar los conflictos, es necesario un enfoque más inclusivo y más sensible para las lesiones pasadas.
Sería deseable reflexionar sobre el establecimiento de espacios de diálogo dentro del FARDC, lo que puede permitir que los diferentes grupos evocaran sus respectivas historias. Esto podría crear una cultura de respeto mutuo y empatía, esencial en un país aún marcado por las consecuencias de los conflictos pasados. Tal enfoque también podría fortalecer la integridad y estabilidad del ejército, al tiempo que contribuye a una reconciliación nacional necesaria.
Por lo tanto, la cuestión de la conmemoración del 17 de mayo merece ser debatida de manera matizada. Al tener en cuenta las lesiones del pasado, pero también espera el futuro, la República Democrática del Congo debe navegar con sabiamente entre la memoria y la reconciliación para construir un futuro más sereno.