** Análisis del apoyo de las élites RDPC en Paul Biya y sus implicaciones para Camerún **
El renovado apoyo de las élites de la manifestación democrática del pueblo camerunés (DRPC) hacia la candidatura de Paul Biya en las elecciones presidenciales de octubre de 2025 plantea preguntas esenciales sobre el estado actual del país y las aspiraciones de sus ciudadanos. Si bien Paul Biya, presidente durante 43 años, aún no ha anunciado su decisión oficial, este entusiasmo en BUEA, capital de la región suroeste, testifica una dinámica política compleja y revela las tensiones subyacentes que cruzan la sociedad cameruniana.
## Soporte simbólico o estratégico?
El sábado 31 de mayo, durante una reunión en BUEA, los miembros del RDPC expresaron su determinación de apoyar al presidente Biya. Con actividades culturales y discurso de la unidad, las élites buscan galvanizar a los activistas para las próximas elecciones. Sin embargo, esta movilización plantea preguntas sobre la profundidad y la sinceridad de este apoyo. ¿Es realmente representativo de los sentimientos populares? ¿O es el reflejo de una estrategia política desarrollada para mantener un status quo que promueve los intereses del partido gobernante?
Peter Mafani Mousongue, ex primer ministro y presidente de la RDPC en la región, reconoció el alto costo de las campañas electorales, que destaca un enfoque pragmático, pero también una preocupación por la transparencia y el uso de fondos. Los actores de la sociedad civil se preguntan: ¿Se invertiría mejor este dinero en proyectos de infraestructura o en mejorar las condiciones de vida de los cameruneses, particularmente en un contexto en el que persiste la crisis de habla inglesa?
### La perspectiva de la sociedad civil
El compromiso de RDPC de apoyar a Paul Biya contrasta con la creciente preocupación de los miembros de la sociedad civil, que reclaman una mayor atención a los problemas sociopolíticos urgentes. El activista mencionado en el informe recuerda que el bienestar de la población y la resolución de la crisis de habla inglesa deben estar en el corazón de las prioridades políticas. De hecho, desde 2017, esta crisis ha afectado profundamente a la región, generando consecuencias humanitarias dramáticas.
La desilusión que puede resultar de esta polarización entre, por un lado, el apoyo de las élites y, por otro lado, las aspiraciones de la sociedad civil destaca una zanja potencialmente creciente. ¿Podría este escote influir en el compromiso de los votantes en 2025? La percepción de que la clase política descuida las necesidades básicas de los cameruneses podría conducir a una mayor movilización contra el régimen establecido.
### La diáspora y la movilización de oponentes
Al mismo tiempo, en París, Maurice Kamto, mascarilla de la oposición, también buscó movilizar la diáspora cameruniana. Su mensaje de recolectar cameruneses de todo el mundo, junto con promesas de reformas como la revitalización de las inversiones y la restauración de la binacionalidad, se hace eco de las aspiraciones de una sociedad que a menudo se siente a la izquierda.
El apoyo mostrado por ciertos miembros de la diáspora en Kamto, que aboga por un cambio radical frente a cuatro décadas de presidencia de Biya, testifica el deseo de reinvención colectiva. Kamto pidiendo vigilancia electoral activa podría desempeñar un papel central en la legitimidad percibida del proceso electoral.
### Conclusión: un panorama político cambiante
En este contexto, las elecciones presidenciales de 2025 se avecinan como un momento decisivo para Camerún. Las preguntas planteadas por el apoyo omnipresente del RDPC a Paul Biya y el surgimiento de voces alternativas como las de Maurice Kamto revelan un panorama político en el cambio.
A medida que el país se acerca a las elecciones, será crucial monitorear cómo estas dinámicas interactuarán para dar forma al futuro político de Camerún. Mientras que las élites se movilizan para apoyar un proyecto político que queda por definir, los ciudadanos, activistas y miembros de la diáspora indudablemente analizarán los problemas y los desafíos reales que el país se enfrenta. La pregunta sigue siendo: ¿cómo conciliar el apoyo a un régimen establecido y las expectativas de un pueblo en busca de cambio y prosperidad?