### Kinshasa: una nueva regulación sobre la ocupación de los espacios públicos
El 17 de junio de 2025, en una declaración oficial, el ministro provincial a cargo de la infraestructura y las obras públicas, Alain Tshilungu, anunció que la gestión y la explotación de las carreteras públicas en Kinshasa, tanto provinciales como urbanas, ahora sería exclusivamente la competencia de la ciudad. Esta decisión, de acuerdo con el Artículo 204 de la Constitución de la República Democrática del Congo (DRC) y la ley del 31 de julio de 2008 sobre la Administración de Provincias, plantea varias preguntas sobre la integración de los principios de gobernanza descentralizada y sobre los desafíos vinculados al desarrollo urbano.
####
La ciudad de Kinshasa, con su población estimada en más de 12 millones de habitantes, enfrenta muchos desafíos en términos de infraestructura urbana. De hecho, la ocupación anárquica de los espacios públicos, en particular a través de los mercados ilegales, ha obstaculizado el desarrollo de la infraestructura y la circulación fluida de los ciudadanos. Según estudios recientes, estas ocupaciones no reguladas complican los esfuerzos de urbanización de la ciudad, acentuando así los problemas de la carretera y la congestión no saludable.
En este contexto, la decisión de centralizar la gestión de las carreteras públicas podría parecer una respuesta racional a un problema complejo. Su objetivo es establecer un marco legal claro que regule las solicitudes de autorización para cualquier ocupación del espacio público, incluso para infraestructura temporal, como telecomunicaciones o mercados.
### ¿Hacia una mejor gestión urbana?
El comunicado de prensa indica que cualquier solicitud de autorización debe enviarse al Ministerio Provincial, y enfatiza que cualquier autorización otorgada fuera de este marco se considerará nula y expondrá a sus iniciadores a las sanciones. ¿Es probable que este enfoque revitalice la planificación urbana en Kinshasa? La respuesta puede no ser tan simple.
Por un lado, esta centralización podría permitir una mejor coordinación de los proyectos de infraestructura y la armonización de las regulaciones vigentes. Del mismo modo, podría facilitar el establecimiento de proyectos iniciales para rehabilitar las carreteras y los espacios públicos, que a menudo se pasan por alto bajo la presión de las ocupaciones irregulares.
Por otro lado, la aplicación rigurosa de esta regulación plantea preocupaciones. Es esencial hacer la pregunta: ¿cómo las autoridades tienen la intención de administrar la realidad en el terreno, donde muchos comerciantes dependen de su actividad de estos espacios para su supervivencia económica? En este sentido, será crucial involucrar a los actores locales en el proceso de planificación, para crear soluciones duraderas que tengan en cuenta las necesidades de los ciudadanos.
#### Un equilibrio para encontrar
Las consecuencias de esta nueva regulación dependerán en gran medida de la forma en que se implementará. La cuestión de la equidad en la aplicación de esta ley es esencial. Una aplicación demasiado rígida podría conducir a conflictos sociales, exacerbando las tensiones ya existentes entre las autoridades y las poblaciones vulnerables que trabajan en la carretera pública.
Además, es imperativo reflexionar sobre los mecanismos de asistencia que el estado podría establecer para apoyar a los pequeños comerciantes en cuestión. Por ejemplo, podrían considerarse programas de apoyo y capacitación, para ayudar a estos trabajadores a adaptarse a las nuevas reglas al tiempo que preservan sus medios de vida.
#### Perspectiva para el futuro
La declaración del ministro Tshilungu llega en un momento en que la dinámica urbana de Kinshasa está cambiando. Se necesitan esfuerzos significativos para transformar esta visión en realidad. Al fortalecer la gobernanza local y reforzar el diálogo entre las autoridades y los ciudadanos, es posible construir un marco urbano que sea funcional y respetuoso con las necesidades de los habitantes.
Con esto en mente, la comunicación transparente y continua entre el gobierno provincial y la población parece ser una condición sine qua no para el éxito de esta iniciativa. Hay muchos desafíos, pero no son insuperables. Este nuevo marco regulatorio podría, con una implementación reflexiva e inclusiva, promover una mejor gestión de los espacios urbanos y una coexistencia armoniosa entre el desarrollo económico y la planificación urbana.
Por lo tanto, es esencial mantener un espacio abierto para el diálogo y la reflexión colectiva, para encontrar soluciones adaptadas a las complejas realidades de la vida urbana en Kinshasa. Mil desafíos esperan a la ciudad, pero también ofrecen mil oportunidades de transformación y mejora.