Los medios de comunicación informaron recientemente sobre el despliegue de tropas de la República de Sudáfrica en Goma, República Democrática del Congo. Esta iniciativa forma parte de la fuerza regional de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) destinada a apoyar a las Fuerzas Armadas congoleñas en la pacificación del este del país, que se enfrenta al activismo de grupos de fuerzas armadas locales y extranjeras, en particular la Marcha. 23 Movimiento (M23).
Sin embargo, es interesante señalar que la SADC no se ha comunicado públicamente sobre este despliegue, lo que contrasta con las prácticas habituales de esta organización intergubernamental. Al respecto se pueden considerar dos hipótesis. En primer lugar, es posible que el despliegue de tropas sudafricanas se lleve a cabo en el marco de la cooperación bilateral entre Sudáfrica y la República Democrática del Congo. En segundo lugar, podría ser el primer despliegue de una fuerza de la SADC, a la espera de la llegada de tropas de otros países de la comunidad regional, sin que ello implique una misión ofensiva.
Si consideramos la cooperación bilateral entre Sudáfrica y la República Democrática del Congo, es importante recordar que los dos países fortalecieron su cooperación en defensa y seguridad luego de la duodécima sesión de su importante comisión conjunta celebrada en Kinshasa en julio pasado. Este despliegue sudafricano junto a la RDC en la lucha contra el M23 también podría estar motivado por una lógica de trilateralización del poder, en reacción a las persistentes tensiones entre Sudáfrica y Ruanda. El hecho de que Sudáfrica acoja a «enemigos» de Ruanda, algunos de los cuales están acusados de haber cometido actos hostiles en su territorio, podría explicar este deseo de implicarse más en la región fronteriza ruandesa.
Por otra parte, Ruanda también ha reforzado sus esfuerzos de defensa y seguridad en el continente, en particular interviniendo militarmente en Mozambique a petición de este último, miembro de la SADC. La intervención fue elogiada por su eficacia en la lucha contra los grupos terroristas, mientras que algunos países del sur de África tardaron en actuar. Este éxito de Ruanda fue visto como una afrenta para Sudáfrica, que vio así puesta en duda su influencia regional. Por tanto, el despliegue de tropas sudafricanas en la frontera con Ruanda podría interpretarse como una respuesta revanchista.
Sin embargo, cabe señalar que estas hipótesis siguen siendo especulativas y requieren un análisis en profundidad de las motivaciones políticas y estratégicas de los diferentes actores involucrados. También es importante resaltar que el despliegue de tropas de la SADC, si se demuestra, estaría en línea con el Pacto de Defensa Mutua de la organización, que aboga por la seguridad colectiva de los estados miembros.. En el pasado, durante la guerra en la República Democrática del Congo en 1998, el presidente Laurent-Désiré Kabila obtuvo el apoyo bilateral de ciertos países del sur de África, pero no logró beneficiarse del apoyo de toda la SADC. Esto demuestra que la seguridad colectiva no es automática y que la solidaridad entre los Estados miembros a veces puede ser compleja.
En conclusión, el despliegue de tropas de la República de Sudáfrica en Goma plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones de esta iniciativa. Ya sea un despliegue bilateral o un primer paso en un despliegue más amplio de la fuerza de la SADC, es esencial analizar las cuestiones políticas y estratégicas que subyacen a esta decisión. En cualquier caso, es importante buscar la estabilidad y la paz en el este de la República Democrática del Congo, donde los grupos armados siguen sembrando el caos y amenazando la seguridad de las poblaciones.