La normalización de la violencia política y los asesinatos en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal refleja una sociedad que tolera una cultura de interferencia e intimidación, según el presidente de la Asociación Sudafricana de Gobierno Local Africano (Salga).
Los datos recopilados en los municipios de KZN desde noviembre de 2021 muestran que de los 40 concejales fallecidos, 18 fueron asesinados. De las 17 muertes restantes, 17 fueron por causas naturales, tres por accidentes automovilísticos y dos por suicidio.
A nivel nacional, en los últimos dos años, 167 asesores han sido reemplazados tras muertes. Solo en 2023, siete concejales y tres líderes tradicionales fueron asesinados; el último asesinato se registró en el municipio de uMngeni en diciembre.
De las muertes, el 40% se refería a concejales de circunscripción y el 60% a concejales de representación proporcional.
Ntuli advierte que KwaZulu-Natal está al borde de la violencia política o de tensiones entre partidos políticos. Según él, basta una chispa para que la situación empeore y se vuelva incontrolable.
A pesar de ello, subraya que la mayoría de las elecciones parciales se desarrollan de forma pacífica. Sin embargo, sigue preocupado por el uso del poder gubernamental para debilitar a los líderes locales.
También señala que las elecciones parciales se han convertido en eventos de alto riesgo que periódicamente resultan en un cambio de dirección dentro de los municipios. Predice que las próximas elecciones provinciales y nacionales aumentarán aún más las tensiones.
En cuanto a los municipios bajo administración, Ntuli señala que ninguno de ellos ha experimentado una mejora significativa en la gestión y la auditoría.
Considera que es necesaria una mayor ayuda financiera para los municipios sujetos a intervención en virtud del artículo 154 o del artículo 139. Sin embargo, denuncia que estas intervenciones son a menudo políticas y sirven para colocar administradores sin experiencia y sin control de resultados.
Según Ntuli, estas medidas de intervención no han funcionado en KZN y la situación incluso ha empeorado.
Por tanto, la situación actual en KwaZulu-Natal ilustra la fragilidad de la gestión política y la urgencia de actuar para prevenir la violencia y los asesinatos. Se necesita un enfoque más eficaz para promover la paz y la estabilidad en la región. Las autoridades deben actuar con vehemencia para detener el ciclo de violencia y tomar medidas concretas para preservar la seguridad de los concejales y los ciudadanos. Sólo una fuerte voluntad política y un compromiso con la justicia pueden aspirar a transformar KwaZulu-Natal en una sociedad pacífica y próspera.