«Fez, capital del grabado en metal en Marruecos: un oficio ancestral en el corazón de la cultura marroquí»

En los recovecos de Fez, Marruecos, talentosos artesanos llevan siglos practicando el arte del grabado en metal. Transmitidas de generación en generación, estas técnicas se han convertido en un pilar de la identidad cultural de este país africano.

El grabado en metal es un oficio antiguo que consiste en grabar sobre cobre, plata y oro. Esta artesanía se inició en Marruecos a finales del siglo XII y principios del XIII, concretamente en la ciudad de Fez. Con el paso de los años, se ha extendido a otras ciudades de Marruecos, en particular a Marrakech”, explica Mohamed Arnani, propietario de un taller de grabado en Fez.

El proceso de grabado implica una serie de cuidadosos pasos, cada uno de los cuales contribuye a la creación de grabados que cuentan historias de tradición y artesanía.

«El grabado en metal se basa en tres formas, la más importante de las cuales son las múltiples formas geométricas, incluido el subrayado. También hay grabados botánicos, inspirados en la naturaleza, por ejemplo, rosas y hojas. También hay grabados abstractos, donde el artista se basa en grabados. formas inspiradas en su imaginación”, explica Arnani.

El viaje comienza con la cuidadosa selección del cobre de alta calidad.

«La primera etapa es la del dibujo, donde el artesano demuestra creatividad y precisión en las mediciones. Luego viene la etapa del corte, luego la del grabado y después la del montaje», explica Moncef Adyel, propietario de un taller de cobre en Fez.

Los artesanos utilizan una combinación de herramientas tradicionales para dar vida a los diseños en la superficie del metal, utilizando diferentes tipos de grabado, cada uno con sus propias características.

El grabado en bajorrelieve crea un diseño ligeramente elevado en la superficie, creando un efecto táctil.

El grabado calcográfico implica incidir el diseño en el metal, dando un resultado más sutil.

Estas técnicas, transmitidas durante siglos de maestro a aprendiz, resaltan la diversidad y profundidad del grabado en metal en Fez.

La comercialización de las creaciones juega un papel crucial para garantizar la supervivencia y relevancia de este oficio.

A medida que los diseños toman forma, los artesanos se esfuerzan por conciliar la tradición y las exigencias contemporáneas.

«Siempre aspiramos a renovar este oficio. Por eso, trabajamos en el desarrollo de varias cosas técnicas. Por ejemplo, trabajamos en cuadros modernos y mesas que difieren de lo tradicional. Por ejemplo, la lámpara de araña más famosa de Marruecos es la tradicional. «Las lámparas de araña se encuentran, por ejemplo, en las mezquitas. Ahora hemos creado varias formas modernas de lámparas de araña», explica Adyel.

En los últimos años, Marruecos ha realizado esfuerzos para promocionar sus grabados en metal tanto a nivel nacional como internacional.

Marruecos ha tomado medidas proactivas para preservar este patrimonio inmaterial.

Las iniciativas incluyen programas educativos destinados a transmitir conocimientos a las generaciones futuras.

«Lamentablemente, este oficio está amenazado de desaparición, pero los esfuerzos de Marruecos protegen este patrimonio. Su inclusión en el patrimonio mundial añade valor a la preservación de este patrimonio y le da el reconocimiento que merece. Se trata de habilidades relacionadas con el grabado en metal», afirma Mustapha. Jellok, director de patrimonio cultural del Ministerio de Juventud, Cultura y Comunicación de Rabat.

Los mercados locales de Fez sirven como una plataforma dinámica para exhibir y vender este arte.

Los turistas y coleccionistas se sienten atraídos por la medina, donde los talleres y galerías exhiben una multitud de diseños.

Al reconocer el grabado en metal como parte de su patrimonio cultural, Marruecos pretende proteger y promover la identidad tejida en cada pieza cuidadosamente elaborada.

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