Tras su toma de posesión el 20 de enero para su segundo mandato, Félix Tshisekedi pronunció un discurso en el estadio de los Mártires, en el que expresó su determinación de evitar que los errores del pasado vuelvan a ocurrir. El presidente congoleño anunció seis objetivos principales para este nuevo mandato, entre ellos la transformación de los productos mineros y agrícolas en suelo congoleño, la apertura de los territorios y el saneamiento de las ciudades.
Sin embargo, algunas voces se alzan para criticar esta determinación de Félix Tshisekedi. Bibiche Mwanza, asistente de Unikin, ve en él los signos de un dictador en ciernes. Según ella, su rigor y disciplina a la hora de defender las leyes del país podrían llevarlo a convertirse en dictador.
Por otra parte, el pueblo congoleño expresa su apoyo y confianza al Presidente Tshisekedi. Nancy Clémence Tshimueneka, encontrada en las calles, da testimonio de la popularidad del presidente entre la población presente durante su toma de posesión. Espera que este mandato contribuya al desarrollo de la República Democrática del Congo.
Sin embargo, para que el país se desarrolle verdaderamente, algunos ciudadanos piden al presidente que cumpla sus promesas. Ange Mwemeya, vendedora de ropa, anima a Félix Tshisekedi a trabajar seriamente para hacer realidad lo que dice.
Además, Carmel Nzolani, estudiante de Unikin, destaca la importancia de colocar personas competentes en puestos clave para impulsar el desarrollo del país. Según ella, el amateurismo ha obstaculizado durante demasiado tiempo el crecimiento de la República Democrática del Congo.
En resumen, el discurso pronunciado por Félix Tshisekedi durante su toma de posesión suscita reacciones encontradas. Si algunos lo ven como un dictador en ciernes, otros depositan su confianza en él y esperan que pueda cumplir sus promesas para el bienestar de la República Democrática del Congo. El próximo mandato será sin duda decisivo para el futuro del país y para la percepción que los congoleños tendrán de su presidente.