En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en África, el movimiento ciudadano Urgences Panafricanistes llama la atención al proponer un enfoque radicalmente diferente para la República Democrática del Congo (RDC). En una reciente conferencia de prensa en Kinshasa, el movimiento pidió al gobierno congoleño que considere la posibilidad de colaborar con Estados africanos considerados «soberanos», como Níger, Mali y Burkina Faso, cortando al mismo tiempo sus vínculos con las potencias occidentales.
El coordinador nacional de Emergencias Panafricanistas, Fortifi Lushima, destacó la importancia de construir vínculos con socios que comparten una visión multipolar y panafricanista. Según él, este enfoque permitiría salir de la crisis congoleña y contribuir al desarrollo de todo el continente. El movimiento también aboga por una cooperación igualitaria con países como Rusia, China e Irán, reemplazando la relación a menudo desigual con Estados Unidos y otras naciones occidentales.
Para sensibilizar sobre este nuevo enfoque, Urgences Panafricanistes llevó a cabo acciones a gran escala en Kinshasa, incluida la proyección de una película que destaca el papel de Estados Unidos en las crisis de la República Democrática del Congo. A pesar de los actos de vandalismo perpetrados frente a las cancillerías europeas, el movimiento se distancia de estas acciones, alegando que fueron orquestadas por jóvenes apoyados por el gobierno congoleño por motivos políticos.
Urgences Panafricanistes critica también a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco), acusándola de priorizar la seguridad de su personal en detrimento del pueblo congoleño, víctima durante décadas de atrocidades apoyadas por Occidente. El movimiento no se anda con rodeos y pide la salida pura y simple de Occidente del suelo congoleño.
Creado en 2022, Urgences Panafricanistes pretende ser un movimiento panafricano “antisistema”, que cuestiona las instituciones actuales que se consideran fallidas. Fortifi Lushima y sus partidarios muestran así una visión audaz e independiente para el futuro de la República Democrática del Congo y África, que encarna el deseo de tomar el control de su destino político y económico.