La transición a la energía renovable en África es más crucial que nunca. Mientras Europa marca una disminución significativa en la generación de electricidad a partir de carbón y gas, con un aumento de la energía solar y eólica, los países africanos necesitan apoyo en forma de capacitación, tecnología e inversión para seguir el ejemplo.
Según el European Electricity Review, los combustibles fósiles han disminuido un 19% en Europa y ahora representan menos de un tercio de la producción de electricidad. El carbón muestra un descenso notable y ahora representa sólo el 12% de la producción eléctrica en Europa, mientras que la energía eólica y solar aportan el 27% de la electricidad de la Unión Europea.
Naturalmente, esto condujo a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. También se observó una caída en la demanda de electricidad, en parte debido a las condiciones climáticas más benignas del año anterior. Sin embargo, las redes eléctricas y los dispositivos de almacenamiento se han fortalecido, lo que facilita el crecimiento de las energías renovables.
Es esencial que África recurra a la energía limpia, pero el continente no tiene ni las finanzas ni la tecnología para seguir el ritmo de sus homólogos europeos. Los países occidentales, que han contribuido a la crisis climática, deben apoyar a África en su transición de los combustibles fósiles a las energías renovables proporcionándoles formación, fondos y tecnologías.
De hecho, África tiene un inmenso potencial en energías renovables y es esencial que este liderazgo en la transición energética se extienda al continente. Con apoyo financiero y transferencias de tecnología adecuadas, África podría convertirse en líder mundial en energía sostenible, garantizando así su soberanía energética y la posibilidad de exportar sus excedentes.
La reciente observación de que el año pasado se superó la barrera de los 1,5°C debería servir de advertencia. Es imperativo que la transición a la energía renovable en África se produzca de forma transparente, con diálogos abiertos, plazos cumplidos y planes coherentes implementados de manera que se protejan los medios de vida.
África tiene un papel crucial que desempeñar en la lucha contra el cambio climático, y su cambio hacia la energía renovable es un paso esencial en esa dirección. Es hora de que el continente cuente con el apoyo necesario para abrazar plenamente esta transición hacia un futuro más sostenible.