“La cara oscura del crimen urbano: bandas de ladrones en acción”
Hoy, un caso de robo a mano armada está en los titulares en los estados de Ogun y Lagos, Nigeria. Se dice que el principal sospechoso, apodado Seun, aterrorizó a los residentes de las dos regiones haciéndose pasar por un ingeniero que reparaba ordenadores y teléfonos antes de lanzar ataques armados.
Durante una conferencia de prensa, el sospechoso confesó que todo cambió cuando conoció a un amigo llamado Bado, quien lo introdujo en el mundo del crimen organizado. Su primera operación tuvo lugar en Abeokuta, localidad donde asaltaron un edificio de dos plantas. Seun admitió haber trepado la valla para permitir la entrada a sus cómplices. Cuando los ladrones entraron en el edificio, un policía de turno se refugió en los baños. Aprovecharon para apoderarse de su arma antes de abandonar el lugar.
Según el sospechoso, también cometieron robos en el área de Oshodi, Ikorodu e Ifo de Ogun, robando teléfonos, dinero e incluso un vehículo en Abeokuta. Antes de su arresto, se dice que Seun acumuló la suma de 210.000 naira de los tres robos en los que participó.
Lamentando amargamente su participación en estos actos criminales, el sospechoso pide indulgencia a las autoridades y promete no volver a recurrir nunca más al robo a mano armada. Dice que trabajó para un político en Mowe, pero se sintió abandonado, lo que lo llevó a incorporarse al mundo del crimen.
Esta historia destaca los dilemas y opciones que pueden llevar a las personas por caminos oscuros. También destaca la importancia de la reintegración social para permitir que las personas marginadas encuentren un futuro mejor.