Fatshimetrie es un medio en línea que tiene como objetivo diseccionar las noticias congoleñas e internacionales con profundidad y análisis. Hoy volvemos a la cuestión crucial del acceso al agua potable en Kinshasa, una cuestión que afecta directamente la vida cotidiana de los residentes de Kinshasa.
A pesar de los esfuerzos realizados con la puesta en marcha de las plantas de Lemba Imbu y Ozono, Regideso aún lucha por brindar un servicio satisfactorio de agua potable a la población. Las recientes instrucciones del Primer Ministro Sama Lukonde al Ministro de Recursos Hidráulicos y Electricidad recuerdan la urgencia de actuar ante la caída de la producción de agua por parte de Regideso.
Para una ciudad en constante expansión demográfica como Kinshasa, la necesidad de agua potable es inmensa: se estima en un millón de metros cúbicos por día. A pesar de las capacidades de producción de las nuevas fábricas, Regideso debe afrontar el reto de alcanzar estas cifras para satisfacer las crecientes necesidades de la población de Kinshasa.
La inauguración de la planta de Lemba-Imbu en 2022 supuso un importante paso adelante para mejorar el suministro de agua potable a determinadas zonas de la ciudad. Con una capacidad de producción de 35.000 metros cúbicos por día, la planta comenzó a brindar alivio a los residentes de N’djili y Kimbanseke, que sufrían escasez de agua. Asimismo, en 2023 entró en escena el complejo industrial de tratamiento de agua potable Binza Ozono, que ofrece una capacidad de 110.000 metros cúbicos diarios para satisfacer las crecientes necesidades de la población.
Sin embargo, estos avances siguen siendo insuficientes frente a las crecientes necesidades de la población de Kinshasa. Es crucial que las autoridades continúen invirtiendo en el sector del agua potable para garantizar un servicio adecuado a todos los residentes de la ciudad. Se deben tomar medidas rápidas y efectivas para aumentar la producción de agua y garantizar el acceso equitativo a este recurso vital para todos.
En última instancia, el acceso al agua potable sigue siendo un gran desafío para Kinshasa y es imperativo que se adopten medidas concretas para mejorar el suministro de agua y garantizar un derecho fundamental a todos los ciudadanos. Las nuevas plantas son un primer paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer para garantizar un suministro fiable y continuo de agua potable para toda la población de Kinshasa.