Kenge bajo la amenaza de la erosión: una carrera contra el tiempo para salvar la ciudad

En la ciudad de Kenge, en la provincia de Kwango, la erosión se ha convertido en una amenaza creciente y devastadora. Lo que alguna vez fue solo cuarenta y dos erosiones, ha aumentado a cien en tan solo un año, poniendo en peligro infraestructuras, barrios y viviendas. Esta rápida propagación ha generado pánico entre los residentes, quienes han presenciado cómo sus hogares se desploman y los barrancos se ensanchan rápidamente.

En el distrito de Masikita, la tragedia se hace evidente, obligando a los habitantes a huir para salvarse de la destrucción causada por la erosión. En el distrito de perforación, se observa un panorama desolador, con barrancos amenazantes listos para engullir las viviendas construidas cerca del antiguo aeródromo de Kenge. Incluso la RN 1, una vía estratégica en la región, corre el riesgo de ser afectada por la erosión, comprometiendo la seguridad de los usuarios.

Ante esta inminente catástrofe, las autoridades locales intentan reaccionar a pesar de la escasez de fondos. Se ha propuesto el cultivo de caña y bambú falso en áreas erosionadas como medida de emergencia para detener el avance de los barrancos. Además, la instalación de sistemas de retención de aguas pluviales y la siembra generalizada de césped en toda la ciudad buscan limitar la erosión y evitar mayores daños.

El alcalde de Kenge, Noël Kuketuka, alerta sobre las graves consecuencias de estas erosiones: personas sin hogar, contaminación de recursos hídricos y pérdida de tierras agrícolas. A pesar de un costoso plan de lucha contra la erosión, el gobierno central no ha asignado los fondos necesarios, dejando a la ciudad y sus habitantes indefensos ante este fenómeno destructivo en constante avance.

En medio de esta crisis inminente, es crucial la colaboración colectiva. Es urgente tomar medidas para proteger nuestras ciudades y comunidades de los estragos de la erosión antes de que sea demasiado tarde. Invertir en prevención y gestión sostenible del suelo, promover prácticas ambientales responsables y movilizar recursos para implementar soluciones efectivas son los desafíos que enfrentamos. Recordemos que la tierra en la que vivimos es frágil y valiosa, y su preservación es responsabilidad de todos.

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