Las tierras secas de la región de Mazowe en Zimbabwe enfrentan una grave crisis de sequía que está poniendo en peligro el suministro de maíz del país y afectando a los molinos locales.
La situación es desoladora para agricultores como Terry Manyimo, cuyos cultivos de maíz se han visto gravemente afectados por las recientes sequías en el distrito de Mazowe, dejando cerca de un millón de hectáreas devastadas.
Ante este escenario, las autoridades se encuentran ante el desafío de cubrir el déficit de producción y satisfacer la demanda nacional de maíz. Se espera que un aumento en las importaciones de maíz, incluyendo comercio con Sudáfrica y posiblemente Brasil, ayude a compensar esta escasez.
El presidente de la Grain Millers Association, Tafadzwa Musarara, estima que se necesitarán alrededor de 1,1 millones de toneladas de maíz hasta julio de 2025 para cubrir las necesidades de consumo humano y animal en la actualidad.
Más del 80% de Zimbabwe ha experimentado precipitaciones por debajo de lo normal, lo que llevó al presidente a declarar el estado de desastre natural a principios de abril. Países vecinos como Zambia y Malawi también han tomado medidas similares.
En este contexto complicado, los ciudadanos se enfrentan a precios más altos de alimentos cada vez más escasos. Los molinos harineros, como señala Tafadzwa Musarara, no solo enfrentan la crisis, sino que también ven cómo los precios aumentan debido a la alta demanda.
El gobierno de Zimbabwe está invirtiendo una gran cantidad de fondos anualmente para fortalecer la resiliencia de la población ante el cambio climático. Sin embargo, la sequía, atribuida al fenómeno climático de El Niño, ha tenido un impacto devastador en los cultivos de toda la región sur de África, dejando a millones dependientes de ayuda alimentaria.
Esta crisis en Zimbabwe subraya la necesidad urgente de políticas y acciones concretas para prevenir los efectos devastadores del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria de los más vulnerables. Es esencial que la comunidad internacional invierta en programas de adaptación y resiliencia para hacer frente a los crecientes desafíos climáticos y asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.