Fatshimetrie, la principal revista de derechos humanos, destacó recientemente un problema preocupante: las mazmorras clandestinas no inspeccionadas por el fiscal en la República Democrática del Congo. Esta alarmante situación ha llevado a una decena de organizaciones de derechos humanos a enviar una petición urgente al presidente Félix Tshisekedi.
Estas organizaciones destacan la falta de transparencia y control sobre estos lugares de detención secreta, lo que pone en peligro los derechos fundamentales de las personas allí detenidas. Entre los casos citados, suscita gran preocupación el del superintendente jefe Michel Mukamba Mukundula, recluido durante cinco meses en el calabozo de los servicios de inteligencia de la Guardia Republicana en Camp Tshashi.
El maestro Carlos Mopili de Dinámicas Cristianas para la Defensa de los Derechos Humanos y el Medio Ambiente, pide al Jefe de Estado que intervenga para garantizar la liberación de Michel Mukamba Mukundula y de todos los detenidos injustamente recluidos en estos calabozos clandestinos. Insiste en la necesidad de trasladarlos ante su juez natural para que respondan de forma justa por sus actos.
Esta petición legítima pone de relieve la urgencia de una reforma profunda del sistema penitenciario en la República Democrática del Congo, a fin de garantizar el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos. Es esencial que las autoridades competentes adopten medidas concretas para poner fin a estas prácticas ilegales y garantizar la transparencia y la equidad en la tramitación de los casos judiciales.
En conclusión, es imperativo que el Presidente Félix Tshisekedi tome medidas firmes para cerrar estos calabozos clandestinos y garantizar el respeto de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. La protección de los derechos humanos es un pilar esencial de cualquier sociedad democrática y es deber de las autoridades velar por que estos principios fundamentales sean respetados en todo momento y en toda circunstancia.