La exposición “Grand Témoin” recibió a un invitado distinguido: el curador jefe Jean-Pierre Beya Kantukonki. Este policía de tránsito, que acaba de jubilarse después de dedicar 50 años de su vida al servicio de la policía nacional congoleña, es un verdadero pilar de la seguridad vial en Kinshasa.
Su contribución excepcional, su dedicación inquebrantable y su integridad indiscutible lo convierten en una figura emblemática, especialmente reconocida por los habitantes de la capital congoleña. Destinado en el cruce de las avenidas Lukusa y Ngongo Lutete, en el animado municipio de Gombe, el comisario jefe Jean-Pierre Beya Kantukonki encarna desde hace años el ejemplo de servicio público ejemplar.
A lo largo de los años, ha velado incansablemente por la fluidez del tráfico, la seguridad de los usuarios de la vía y la prevención de accidentes. Su profesionalismo, su cortesía y su sentido del deber dejaron huella y le valieron el respeto y reconocimiento de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo.
A través de esta transmisión especial, toda una comunidad quiso rendir homenaje a este policía ejemplar, cuya carrera ejemplar dejó una huella imborrable en la historia de la policía nacional congoleña. El Comisario Jefe Jean-Pierre Beya Kantukonki encarna estos valores de dedicación, honestidad y sacrificio que son esenciales para garantizar la seguridad y la paz en nuestras sociedades.
En este período en el que el respeto a la aplicación de la ley es más crucial que nunca, es esencial saludar y destacar a figuras como el Comisario Jefe Jean-Pierre Beya Kantukonki, quienes, con su compromiso y determinación, hacen honor a su uniforme y a su país.
Su jubilación marca el final de una era, pero su legado seguirá vivo y servirá de inspiración para todos aquellos que continúan trabajando para garantizar la seguridad y el bienestar de todos. Bravo y gracias, señor Comisionado Jefe, por su servicio ejemplar y su compromiso inquebrantable.