Fatshimetrie: la triste realidad de los niños soldado en Cabo Delgado
La provincia norteña de Cabo Delgado, en Mozambique, es escenario de violencia orquestada por un grupo islamista, Al-Shabab, afiliado al grupo Estado Islámico. Los ataques de este grupo han revelado recientemente la participación de niños, algunos de tan sólo 13 años, en combates armados. Según un informe de la organización Human Rights Watch, los residentes obligados a huir de los enfrentamientos reconocieron a miembros de sus propias familias desaparecidos entre los niños soldados utilizados durante los ataques.
El desgarrador relato de los testigos destaca que se vio a decenas de niños participando en los ataques, portando rifles de asalto estilo AK y cinturones de municiones. Dos personas que reconocieron a su sobrino de 13 años entre los niños soldados expresaron su sorpresa e incomprensión ante esta impactante realidad. Estos jóvenes, rostros juveniles escondidos detrás de armas mortales, parecían seguir las órdenes de los combatientes mayores, dejando atónitos a sus seres queridos.
Los recientes ataques a la ciudad de Macomia han causado un trágico costo humano: al menos 10 personas murieron, en su mayoría soldados, y casi 700 residentes se vieron obligados a huir a los bosques vecinos para escapar de la violencia. Ante esta escalada mortal, es crucial enfatizar que el reclutamiento de niños menores de 15 años como soldados constituye un crimen de guerra a los ojos del derecho internacional.
La región de Cabo Delgado, que ya está marcada por un conflicto persistente desde 2017, se enfrenta a una creciente inseguridad exacerbada por el uso de tácticas despreciables, como el uso de niños soldados. Al mismo tiempo, una investigación dirigida por la Agencia de Investigación Ambiental reveló que desde 2017 se han exportado ilegalmente millones de toneladas de madera desde Cabo Delgado a China. Estas ganancias ilícitas supuestamente se desviaron para financiar la insurgencia, lo que pone de relieve un círculo vicioso que alimenta la violencia y inestabilidad en la región.
La reciente ofensiva de los combatientes islamistas se produce en un contexto en el que la comunidad internacional se esfuerza por contener la amenaza terrorista que afecta a la región. Si bien se han movilizado tropas regionales, incluidas las de Sudáfrica, para contrarrestar la insurgencia, es imperativo fortalecer los esfuerzos para proteger a los civiles, en particular a los niños vulnerables atrapados en el conflicto armado.
Esta crisis humanitaria en Méndez, Mozambique, demuestra la urgencia de una acción concertada para poner fin a los abusos perpetrados por grupos armados y garantizar la seguridad de las poblaciones locales. Es esencial trabajar por una paz duradera en la región, mostrando al mismo tiempo un apoyo inquebrantable a las víctimas inocentes atrapadas en la vorágine de la violencia.