Las elecciones presidenciales de Irán de junio de 2022 están atrayendo especial atención, ya que el país aún se está recuperando del trágico accidente de helicóptero que se cobró la vida del presidente Ebrahim Raisi y de varios otros líderes políticos.
La decisión del Consejo Guardián de la Constitución de respaldar al presidente del Parlamento, así como a otros cinco candidatos a las elecciones presidenciales, marca el inicio de una intensa y breve campaña electoral. Esto se produce tras la prohibición vigente del expresidente Mahmoud Ahmadinejad, conocido por su populismo radical y su uso de la represión durante su controvertida reelección de 2009.
Este paso clave en el proceso electoral en Irán se produce en un contexto geopolítico tenso, caracterizado por crecientes tensiones vinculadas al programa nuclear del país y al conflicto entre Israel y Hamás.
La selección de candidatos aprobada por el Consejo de Guardianes, supervisado en última instancia por el líder supremo Ali Jamenei, sugiere el deseo de la teocracia chiita de facilitar las elecciones, después de recientes comicios marcados por una participación históricamente baja.
No se aceptó como candidato a ninguna mujer ni a individuos que abogaran por cambios radicales en la gobernanza del país, lo que subraya el persistente conservadurismo del sistema político iraní.
Se espera que los candidatos participen en debates televisados, transmitidos por el canal nacional de Irán y en campañas de comunicación que incluyan discursos públicos y anuncios en vallas publicitarias.
Si bien los candidatos aún no han revelado detalles concretos de sus programas, todos prometen una mejora de la situación económica en Irán, que sufre sanciones estadounidenses y occidentales debido a su programa nuclear.
En este contexto destaca un candidato: Mohammed Bagher Qalibaf, ex alcalde de Teherán y figura influyente en la Guardia Revolucionaria. Su tumultuoso pasado, incluida su participación en la violenta represión de los estudiantes en 1999, plantea dudas sobre su capacidad para unir al pueblo iraní.
La descalificación de Ahmadinejad, por sus posiciones controvertidas y su actitud crítica hacia Jamenei, sugiere divisiones dentro del régimen político iraní.
Las elecciones presidenciales en Irán se producen en un contexto regional e internacional complejo, marcado por las tensiones entre Irán y Occidente, así como por el apoyo de Teherán a los grupos armados de la región. El reciente conflicto en Ucrania y los enfrentamientos en el Mar Rojo y la Franja de Gaza resaltan el papel clave de Irán en la geopolítica global.
En conclusión, las elecciones presidenciales en Irán serán un momento crucial para el país y su posición en el escenario internacional.. Hay muchas cuestiones en juego y la elección del próximo presidente influirá no sólo en el futuro de Irán, sino también en el de toda la región.