Israel anunció recientemente el inicio de una nueva fase de la guerra en Gaza, descrita por el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, como menos intensiva en términos de operaciones terrestres. Esta tercera etapa de la guerra en Gaza podría resultar crucial para los dirigentes israelíes y de Hamás, que ahora se enfrentan a operaciones específicas.
El anuncio israelí tiene dos significados importantes. El primero es de carácter político, un movimiento previo a la visita del secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, a Israel. Su objetivo es apaciguar a Washington, que está ejerciendo intensa presión sobre Tel Aviv para que cambie sus tácticas de guerra después de recientes acontecimientos que han empañado su reputación y la de sus partidarios, particularmente Estados Unidos.
Está claro que esta maniobra pretende evitar cualquier nueva crisis que pueda debilitar a la administración Biden, ya presionada por su apoyo incondicional a países como Ucrania e Israel. Es fundamental que el presidente Joe Biden evite incidentes perturbadores antes de las próximas elecciones previstas para noviembre.
El segundo significado de esta tercera fase tiene que ver con las operaciones militares mismas. El ejército israelí ha comenzado a retirar algunas de sus fuerzas de Gaza, permitiendo a los reservistas regresar a sus hogares. Esta etapa podría durar muchos meses o incluso hasta finales de año, mientras Tel Aviv busca establecer un nuevo régimen de gobernanza en Gaza.
El Primer Ministro Benjamín Netanyahu no olvida el principal objetivo de esta guerra: la liberación de los rehenes y la eliminación de Hamás. Sin embargo, la estabilidad política y de seguridad en Gaza también ocupa un lugar preponderante en la estrategia del gobierno israelí. El establecimiento de un nuevo sistema de seguridad en la Franja de Gaza podría ser una cuestión importante en esta fase.
Es probable que Israel retome su política de asesinatos selectivos durante esta tercera etapa, además de garantizar la demolición total de los túneles tras la destrucción de las infraestructuras de Gaza. Esta fase podría marcar el inicio de la fase final de la guerra en Gaza, con mucho en juego para los líderes de ambos lados.
Sin embargo, es importante enfatizar que son los palestinos quienes soportan la carga más pesada de este conflicto. Son ellos los que pagan el precio de la guerra, esperando una resolución o una nueva escalada de violencia. Mientras los líderes políticos maniobran y planifican los próximos pasos en este complejo conflicto, es esencial no olvidar a las poblaciones inocentes atrapadas en medio de estos desafíos políticos y militares.
En resumen, esta tercera fase de la guerra en Gaza constituye un momento crucial en el conflicto en curso, con importantes cuestiones políticas y humanitarias para la región y más allá.