Fatshimetrie, edición del 15 de julio de 2024 – En un comunicado de prensa oficial, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) recordó recientemente a los eclesiásticos la prohibición formal de conceder la palabra a actores políticos durante las celebraciones religiosas. La decisión se tomó tras un incidente durante un servicio religioso en el que habló el líder rebelde Corneille Nangaa, lo que desató una acalorada controversia.
El secretario general de CENCO, monseñor Donatien Nshole, subrayó que se trata de una medida destinada a preservar la neutralidad de las instituciones religiosas y garantizar la cohesión social. De hecho, el decreto vigente desde 2010 prohíbe explícitamente a los eclesiásticos utilizar la religión con fines políticos, con el fin de proteger la independencia de la Iglesia y evitar cualquier explotación de la fe con fines partidistas.
En el contexto actual de tensiones de seguridad en la República Democrática del Congo, CENCO llama a la unidad nacional y a la consulta entre las diferentes fuerzas del país. El objetivo es fortalecer la solidaridad nacional y formar un frente único frente a los desafíos y amenazas que pesan sobre la nación.
Este desarrollo de CENCO se produce en un contexto político y social particularmente tenso, marcado por divisiones y conflictos internos. Ante estas cuestiones, la Iglesia católica se posiciona como actor de paz y reconciliación, recordando la importancia de preservar la integridad de los lugares de culto y promover el diálogo y la fraternidad entre comunidades.
En conclusión, la posición de CENCO sobre la prohibición de dar la palabra a los actores políticos durante las celebraciones religiosas demuestra su deseo de preservar la neutralidad y la independencia de la Iglesia, fomentando al mismo tiempo la unidad y la solidaridad nacionales. Esta recomendación es parte de un proceso de diálogo y construcción de una sociedad congoleña más justa y pacífica, donde la fe y la acción política sigan siendo distintas y complementarias para el bienestar de todos.
Este artículo destaca la importancia de la separación entre las esferas religiosa y política, para garantizar la cohesión social y preservar la integridad de las instituciones.