Durante la tarde del martes, una importante escalada de violencia sacudió la región, cuando Hezbollah lanzó decenas de cohetes Katyusha contra asentamientos israelíes en respuesta a los ataques contra aldeas en el sur del Líbano y a la guerra en Gaza. Según informes de los medios libaneses, la organización explicó que «los muyahidines de la resistencia islámica bombardearon los asentamientos de Kfar Hoshen, Orhagnoz, Baryuhai y Meron con decenas de cohetes Katyusha».
Esta acción se presentó como un gesto de solidaridad con el valiente y resiliente pueblo palestino de la Franja de Gaza, en respuesta a los ataques del enemigo israelí contra aldeas en el sur del Líbano, incluidas Kfar Kila, Aitaroun, Aita al-Shaab, Umm al-Tut y la pérdida de tres mártires.
Hezbollah anunció previamente que atacaría el asentamiento de Kabri en respuesta a la muerte de niños en un bombardeo israelí en la ciudad de Umm al-Tut en el sur del Líbano. Las sirenas sonaron en la región israelí de Merón después de que se lanzaran 10 misiles contra la Galilea occidental, en el norte de Israel.
El Canal 12 israelí transmitió un vídeo que mostraba misiles en el cielo, indicando que procedían del Líbano. Esta rápida escalada de tensiones en la región vuelve a generar preocupaciones sobre la estabilidad y la seguridad de Medio Oriente.
Las autoridades internacionales han expresado preocupación por este aumento de la violencia y están pidiendo moderación a todas las partes involucradas. La comunidad internacional está buscando soluciones para calmar la situación y promover el diálogo pacífico para resolver los conflictos regionales.
Esta escalada de violencia es un recordatorio de la fragilidad de la paz en el Medio Oriente y resalta la necesidad de una acción colectiva para evitar nuevas tragedias. Frente a estos desafíos, la comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para promover la estabilidad, la justicia y la seguridad en la región.