La crítica situación humanitaria en el norte del territorio de Rutshuru y en Lubero, en la provincia de Kivu del Norte, está actualmente en el centro de las preocupaciones, con el llamamiento urgente de varios actores locales, entre ellos la notable y honoraria diputada provincial Aisée Kanendu. , a favor de la apertura de un corredor humanitario. Esta solicitud se produce tras el anuncio hecho por Estados Unidos de una prórroga de la tregua humanitaria en la zona, tras los enfrentamientos entre el M23 y las FARDC.
Es fundamental destacar la ausencia de acciones concretas hasta el momento a pesar de la primera tregua, ya que las familias afectadas sólo han recibido evaluaciones médicas de emergencia, sin asistencia real. El temor de los trabajadores humanitarios a la presencia continua de los rebeldes del M23 en la región es un obstáculo importante para la entrega de la ayuda necesaria. Así, Aisée Kanendu y otros líderes locales enfatizan la absoluta urgencia de establecer un corredor humanitario seguro.
Es lamentable que más del 80% de la población de la parte norte de Bwito, en Rutshuru, se encuentre hoy en condiciones críticas tras el regreso forzoso a las aldeas ocupadas por los rebeldes del M23. La ONG local Veille Humanitaire insiste en la necesidad de apoyo humanitario inmediato y eficaz para apoyar a estas poblaciones vulnerables. La seguridad de los civiles debe ser una prioridad absoluta, con el objetivo de garantizar un fácil acceso a las ONG y a los actores humanitarios sobre el terreno.
El llamado al establecimiento de un corredor humanitario supervisado por la MONUSCO, a fin de permitir una asistencia digna y segura, es esencial para satisfacer las necesidades inmediatas de las poblaciones afectadas por el conflicto. Es imperativo actuar rápidamente para evitar una catástrofe humanitaria en una región ya debilitada por la violencia y los desplazamientos de población. Las autoridades nacionales e internacionales deben cooperar estrechamente para garantizar la implementación de medidas humanitarias efectivas, teniendo en cuenta las realidades sobre el terreno y las necesidades concretas de los civiles en peligro.
Hoy es responsabilidad de la comunidad internacional, las autoridades locales y los diversos actores involucrados en la región de Rutshuru y Lubero unirse para encontrar soluciones concretas y duraderas para aliviar el sufrimiento de las poblaciones civiles afectadas por el conflicto. La movilización de recursos financieros y logísticos, así como el compromiso de todas las partes interesadas, son esenciales para establecer un corredor humanitario eficaz y seguro, que permita una asistencia humanitaria adecuada que respete la dignidad de las personas afectadas. La solidaridad y la compasión deben guiar nuestras acciones para responder urgentemente a las necesidades de las poblaciones en dificultades.