En la convulsa región de Kivu del Norte, el pueblo de Katerain, situado cerca de la localidad de Mamove, ha vuelto a ser escenario de una tragedia. El espantoso descubrimiento de otros 15 cadáveres de civiles, presumiblemente asesinados por presuntos combatientes de las ADF, no hace más que poner de relieve la continua devastación causada por la violencia en la región.
El jefe de la localidad de Bakila-Bakaiku, Charles Endukadi, confirmó la terrible noticia, precisando que los cuerpos de las víctimas fueron enviados a la morgue de Oicha. «Ayer encontramos 20 cadáveres y hoy acabamos de descubrir 15 cadáveres», dijo Endukadi, destacando la crueldad atroz sufrida por estos civiles inocentes.
Desafortunadamente, los ataques continúan sin piedad, ya que los atacantes parecen actuar con impunidad, mientras el ejército está ocupado en otros frentes. De hecho, los militares se centraron en la lucha contra el M23, dejando así el camino libre para que los rebeldes sembraran el terror y la muerte en las aldeas circundantes.
Estas recientes atrocidades se suman a una serie de violencia atroz en la región. De hecho, el martes pasado, 20 personas fueron decapitadas en sus propios campos durante ataques brutales en Bakila-Bakaiku. Los residentes de la región viven con un miedo constante, sin saber cuándo ni dónde se producirá la violencia.
La violencia atribuida a los rebeldes ugandeses de las ADF continúa intensificándose en la zona de Mamove, dejando tras de sí una estela de muerte y desolación. Desde el martes se han registrado al menos 35 muertes en los pueblos de Katerain, Kota Okola y Nzakiya, todos ellos situados en la localidad de Bakila-Bakaiku. El número de muertos sigue aumentando y continúan las búsquedas para encontrar otras posibles víctimas.
La situación en Kivu del Norte es un crudo recordatorio de los horrores que persisten en esta inestable región. Las autoridades locales y nacionales deben redoblar sus esfuerzos para proteger a las poblaciones vulnerables y poner fin a esta violencia inaceptable. Es hora de poner fin a la impunidad de los grupos armados y garantizar la seguridad y la justicia para todas las personas en la región.