La reciente manifestación en Mogadiscio, que reunió a cientos de somalíes para protestar por el asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, provocó una ola de emoción e indignación entre los participantes. El evento tuvo lugar días después de que Haniyeh muriera en un ataque aéreo en Teherán mientras asistía a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán. Los manifestantes expresaron su profunda tristeza por la desaparición del líder del grupo palestino Hamas, subrayaron su solidaridad con los palestinos y condenaron enérgicamente este acto.
“Como musulmanes, nuestras emociones están a flor de piel. Es difícil para mí expresarlas hoy”, dijo Mohamed Abdullah, uno de los manifestantes presentes. La tensión era palpable entre la multitud, que, portando banderas palestinas y carteles con la imagen del difunto líder de Hamas, denunciaba a Israel por el asesinato. Aunque Hamás y sus aliados han acusado a Israel del asesinato de Haniyeh, el Estado judío no ha confirmado ni negado la responsabilidad por su muerte.
Israel había prometido matar a Ismail Haniyeh y otros líderes de Hamás tras el ataque del grupo palestino en octubre pasado, que dejó más de 1.200 israelíes muertos y más de 250 tomados como rehenes. Esta escalada del conflicto provocó acciones militares israelíes a gran escala, que provocaron la muerte de más de 39.000 personas, principalmente civiles, según las autoridades sanitarias palestinas. También se avecina una tragedia humanitaria con el desplazamiento forzado de casi 1,9 millones de palestinos, o el 90% de la población, de sus hogares desde octubre.
La manifestación organizada por el jeque Mohamed Budul pidió la unidad de los musulmanes de todo el mundo y el apoyo a los palestinos, en particular a Hamás y Gaza. Esta manifestación de solidaridad dirigida desde Mogadiscio a Palestina demuestra la importancia y el impacto de las cuestiones geopolíticas y humanitarias que sacuden la región de Oriente Medio. El ferviente apoyo expresado por los somalíes durante esta manifestación demuestra el deseo de la comunidad internacional de defender los derechos y la dignidad de las poblaciones oprimidas.